Ayer, domingo, abri la prensa y puede leer unas estupidas declaraciones del Conseller de Comerc de la Generalitat, el Sr.Huguet (de ERC, of course). Eran unas declaraciones violentas, irracionales. Impropias de un politico a estas alturas de la historia y mucho mas impropias de alguien con responsabilidades ejecutivas y con sueldo publico en una institución del Estado como es la Generalitat de Catalunya. Un funcionario nunca deberia decir esas cosas. Nunca. Hay demasiado riesgo en abrir la boca para soltar las visceras por ella.
Pero no hemos aprendido nada.
Ayer, estuve pensando en esas declaraciones. Decidi no amargarme el domingo y dejarlo, por un tiempo, aunque fuera solo por razones de higiene mental.
Pero hoy lunes, he cometido el error de leer la columna de Gabriel Albiac (os la copio abajo) y volver a leer y pensar en el tema.
Y siento vergüenza por esa gente. Y pena. Y una gran indignación. Porque si algun dia hay un conflicto armando en Catalunya solo habra un responsable, solo habra un nombre y no sera Madrid. Sera ERC. Y Maragall and Co. por omision.
Que las cosas queden claras. Catalunya es un gran sitio para vivir. Hablar catalan es una oportunidad de expresarse en otra lengua tan antigua como el castellano y que nos permite entender mejor el frances y el italiano. Haber nacido y habiendo pasado toda la infancia y adolescencia en Catalunya no es motivo de vergüenza. Al contrario. Pero, esta gente no lo entiende y solo piensa en el odio, en matar al Otro, a ese que vive en Madrid o mas alla de la "Franja de Ponent". Su lenguaje es tribal. Su lenguaje es humano pero no de este siglo.
Que nos dejen en paz. Estoy harto de la gente que pide sangre solo porque habla una lengua distinta o se come el arroz de una forma distinta.
LA ASOCIACION DE VICTIMAS DEL TERRORISMO ANUNCIA SUS MOVILIZACIONES PARA LAS PROXIMAS FECHAS
Ante la gravedad de los acontecimientos que se vienen produciendo en las últimas fechas, en virtud de los cuales puede inferirse claramente la existencia de un proceso negociador entre el Gobierno de la Nación y la banda terrorista ETA, y como continuidad a la manifestación realizada el pasado 4 de junio por la humillante propuesta aprobada en el Congreso el día 18 mayo para sentarse a negociar con los asesinos, la Asociación de Víctimas del Terrorismo ha decidido realizar una serie de movilizaciones y de actuaciones diversas que se proyectarán a lo largo de los próximos meses. Todos los españoles, y las víctimas más que nadie, deseamos el final de la banda terrorista ETA, pero nunca mediante la aceptación del chantaje y de la extorsión ejercidos por los asesinos. En este sentido, las víctimas del terrorismo exigimos expresamente a nuestro Gobierno que se haga justicia, única forma de conseguir la libertad en democracia.
El único camino para llegar a la paz es que los asesinos, quienes tanto dolor y sufrimiento han causado a nuestra sociedad, cumplan las penas establecidas en virtud de los delitos cometidos. Procede subrayar una vez más que únicamente desde la firmeza, la contundencia y la aplicación sin reservas de las medidas contempladas por nuestro ordenamiento jurídico, podremos acabar más pronto que tarde con esta lacra que tanto dolor y sufrimiento ha originado a la sociedad española. Frente a la sinrazón de las armas, la única posición moralmente legítima es la que pretende acabar con el terrorismo con los instrumentos que para ello ofrece el Estado de Derecho, nunca mediante la aceptación de negociaciones o treguas-trampa que sólo conducen a legitimar a los que matan y a perpetuar su existencia, dando oxígeno a todo el conjunto del entramado etarra.
Con base en los postulados anteriores, la AVT ha decidido realizar una serie de movilizaciones que se desarrollarán a lo largo de las próximas fechas, y que detallamos a continuación:
- En primer lugar, a comienzos del próximo mes de octubre partirá desde Madrid un autobús en el que viajará un numeroso grupo de miembros de la AVT, y que recorrerá 7 ciudades españolas con el fin de visitar los féretros de distintas víctimas. De esta forma, los familiares acudirán, tras recorrer cientos de kilómetros, a honrar a sus parientes asesinados a los respectivos cementerios donde están ubicadas sus tumbas.
- Posteriormente, un grupo de víctimas del terrorismo realizará, junto con todos aquellos ciudadanos que decidan acompañarles, un encierro en una iglesia de Madrid aún por determinar, en defensa del Estado de Derecho, ya que a nuestro parecer éste en ningún caso puede quedar sometido a los designios y al chantaje de los terroristas.
- Igualmente, la AVT ha decidido adoptar como símbolo un lazo blanco, que representará la transparencia y la verdad con la que siempre han actuado las víctimas del terrorismo.
- Por último, se efectuará una gran manifestación en Madrid, solicitando del Gobierno de la Nación el final de todo diálogo con los asesinos y que la voz de las víctimas sea escuchada.
El conjunto de estas actuaciones tiene por objeto trasladar al conjunto de la sociedad española la necesidad de una posición firme frente al terror, y en especial expresar al Gobierno nuestro más absoluto rechazo ante el camino emprendido. Por ello, la AVT considera que su lema memoria, dignidad y justicia resulta actualmente más predicable que nunca y que éste es el momento para que la ciudadanía de nuestro país demuestre su sentir en la calle.
Las fechas definitivas de los diversos actos se trasladarán a los a lo largo de los próximos días a los medios de comunicación. Asimismo, la AVT tiene previsto realizar otro tipo de actividades que se comunicarán próximamente
Una vez más leo, con tristeza, las declaraciones del President de la Generalitat de Cataluña. Esta vez, haciendo uso de los más viejos recursos fáciles de la demagogia populista (propios de la izquierda radical y del fascismo) ha apelado al Pueblo de Cataluña como ultimo juez al que tendrá que enfrentarse quien ose no defender el nuevo Estatut. Entonces, ante esta situación, me veo a mí mismo como uno de esos sujetos abyectos y traidores que no sienten el menor entusiasmo por el nuevo Estatut lo cual supone en ese nuevo marco de actuación que la dialéctica del President ha revelado debería ser juzgado por el Pueblo de Cataluña, acusado de alta traición y declarado culpable. Imagino que dado que la pena de muerte ha sido abolida, aunque quien sabe si alguna revolución popular decidirá que puede ser aplicada en esos casos, mi pena sería el exilio o algo parecido. No deja de ser curioso que quién pretender abanderar el progresismo y la libertad haga uso con tanta facilidad del más absurdo de los maniqueísmos para sentenciar a todo aquel que discrepe con su proyecto o con el proyecto de quien sea, ya que a estas alturas es difícil saber de quién es el nuevo proyecto de Estatut. El progresismo de la izquierda catalana termina en cuanto uno disiente con ellos. Eso siempre ha sido así pero ahora es mucho más obvio. Es bien claro que el Gobierno de la Generalitat y la emulsión de partidos que lo apoyan no saben muy bien lo que es progresismo. El progreso pasa por defender la libertad. Y ahora en Cataluña uno solo es libre si asiente. Disentir está prohibido. En nombre del Progreso y de la Nación, por su puesto. Eso siempre.
Pues bien, disiento. No me interesa en absoluto el nuevo Estatut. Y se que decir eso me condena a ser llamado traidor y a ser enviado al exilio, aun no se si metafórico o real. Pero no voy a pedir perdón por ello. Es mas, según los parámetros de la corrección que se utilizan habitualmente, el hecho de haber nacido y vivido en el Ampurdán muchos años, hablar, escribir y leer en catalán, conocer bien la cultura catalana y difundirla en la medida de lo posible, haber incluso escrito mi Tesis Doctoral en catalán me debería dar inmunidad. Pero ya ni siquiera eso vale. Hay que ir más allá. Y si eso significa romper los limites de la convivencia no importa. Defender una ideal es más importante que mantener la convivencia para este Gobierno de la Generalitat. Y si para ello tenemos que usar un concepto sanguinario y del siglo pasado como es la venganza del pueblo nadie puede escandalizarse. Ya nada importa con tal de seguir adelante en esta carrera irracional.
Porque después de todos estos debates sobre si somos nación o nación de naciones o alianza de republicas o federaciones asimétricas uno se sigue preguntando si eso revertirá en una mejor calidad de vida para el ciudadano más allá de mitologías nostálgicas. Me sigo preguntando si nuestras escuelas daran una enseñanza de calidad más allá del falso debate sobre si la religión debe o no estar presente en las aulas. Me pregunto si estaremos construyendo de verdad una sociedad funcional donde la administración este al servicio del ciudadano y no sea el ciudadano un esclavo de la administración. Me pregunto si después de todos estos nuestros enfermos no seguirán abandonados durante horas en los pasillos de urgencias con diagnósticos imprecisos o erróneos.
Conozco la respuesta a estas preguntas. Me dirán que con un nuevo Estatut habrá más competencias y por tanto mejores servicios. Pero no me acabo de creer que eso sea cierto. En el fondo eso significa asumir una especie de dogma que dice que toda administración cuanto más descentralizada y más cercana al ciudadano más eficiente es. Sin embargo, podríamos encontrar miles de ejemplos demostrando lo contrario.
La cuestión que realmente nos debería importar es si estamos construyendo una sociedad en progreso, más libre y con una gestión más eficaz. No he visto esas preguntas en ningún punto del debate del Estatut. Y además se que en el fondo eso no importa ya que lo que verdaderamente interesa es seguir construyendo ese clima de ruptura, esa diferencia esencial con el Otro, con lo que no es catalán, para que llegado el momento, el Pueblo clame su indepedencia. Y asi romper la convivencia entre los ciudadanos que es la base de toda construcción social, de todo progreso y de la libertad. Porque quien quiera pensar que toda Cataluña clama por el Estatut le sugiero, y muy especialmente al PSC, que se de una vuelta por sus electores de base y que les pregunte si eso es realmente lo que quieren.
El Presidente P.Maragall podrá lanzar discursos incendiarios al aire. Podrá apelar a los deseos más oscuros, aquellos que beben en las mismas fuentes que bebieron otros pueblos de Europa allá por 1930. Podrá pedir la venganza del Pueblo.
Pero, que no olvide que cada vez que el Pueblo sale a la calle, los ciudadanos se quedan en casa. Es más facil ser Pueblo que ser Ciudadano. Un buen gobernante es aquel que apela a Ciudadanía como motor de la sociedad, a todos y cada uno de sus ciudadanos, no a la masa informe del Pueblo pidiendo sangre. La historia está ahí para ser leída. Lea, Sr. Presidente, lea y aprenda. Y deje las pasiones para la intimidad. Para excesos ya hemos tenido bastante.
El pasado dia 8 de Agosto, Vidal-Cuadras pronuncio un discurso en el Hotel Ritz. Os invitamos a leerlo.
Muy buenas noches a todos.
Gracias, querido Jorge, por tu amable presentación.
La última vez que tomé la palabra en este salón fue hace siete meses, con motivo de la campaña a favor del sí a la Constitución Europea que llevaron a cabo los dos grandes partidos nacionales. En aquella ocasión, el esfuerzo realizado junto con Arcadi Espada, Mikel Buesa, Paco Caja, Carlos Martínez Gorriarán y Marita Rodríguez se vio coronado por el éxito porque el resultado de la consulta fue favorable a nuestras tesis. Lamentablemente, los partidarios del nuevo Tratado Constitucional no tuvieron la misma suerte en Francia y en Holanda y hoy el proceso de ratificación se encuentra paralizado y su destino es incierto. Sin embargo, nos cabe la satisfacción de que nosotros, como españoles, cumplimos nuestra parte y alcanzamos el objetivo previsto.
Esta noche comparezco en el mismo lugar que el pasado 18 de febrero y lo hago en defensa de la misma causa. Entonces afirmamos que los principios y valores que inspiran la Constitución europea son los mismos que animan nuestra Constitución española de 1978 y por eso al pedir el voto para aquélla renovábamos nuestro compromiso con ésta. En el momento presente, una nueva amenaza de enorme gravedad se cierne sobre nuestro gran pacto civil, sobre la base ética y política de nuestra convivencia en paz y libertad, una amenaza formidable e inminente en la que, por desgracia, a diferencia de lo que sucedió con motivo del referendo europeo, las dos principales fuerzas, la que actualmente gobierna España y la alternativa que aspira a volver a gobernar, no comparten la misma posición, sino que, por el contrario, mientras una apadrina e impulsa esta iniciativa nefasta, la otra se opone a ella de la manera más enérgica. A la hora de configurar el futuro de la Unión Europea, los dos grandes partidos actuaron al unísono al servicio de los intereses superiores del Estado, en el trance decisivo de articular el futuro de España, se enfrentan de forma irreconciliable desgarrando con sus discrepancias el cuerpo, a estas alturas ya muy castigado, de la Nación. Estoy convencido de que en esta lucha la razón no está repartida entre los dos bandos que se contraponen. Ni siquiera de que una porción de la verdad, por mínima que sea, se encuentra del lado del Gobierno y sus aliados. Creo, y lo creo sinceramente, que en el choque de trenes que se avecina una parte acierta completamente y la otra se equivoca sin remisión, que el lado de los que quieren preservar la Constitución de 1978 es el bueno y el de los que quieren dinamitarla es el malo. Sin matices ni componendas, sin miedo a enunciar las cosas con crudeza, sin tentaciones de ceder a la corrección política, he venido a Barcelona a hablaros bajo mi exclusiva responsabilidad personal, como catalán y como español. Hay quién milita en un partido porque en sus filas puede defender mejor los principios y valores que considera correctos sin oscilar con las circunstancias cambiantes, hay quién fluctúa con las coyunturas sea cual sea el partido al que pertenece para mejor medrar en política. Os aseguro que siempre he procurado no pertenecer a esta segunda categoría de responsables públicos. Por eso os he convocado esta noche, porque percibo un peligro muy serio e inmediato y considero mi deber advertirlo.
No hay nadie en este recinto que no sepa a qué amenaza me estoy refiriendo. El proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña no es una reforma ni estructura una Autonomía. Se trata de liquidar el Estatuto vigente para alumbrar un texto aberrante que hace desaparecer el Estado español de esta Comunidad, abre el camino a la secesión, rompe con el espíritu de la transición, destruye la cohesión nacional, vulnera el acuerdo que hace un cuarto de siglo permitió la recuperación de la democracia e invocando una concepción federal transforma España en una Confederación de supuestas naciones inconexas entre sí. Y para mayor escarnio, los autores de semejante disparate, pretenden que se ajusta a la Constitución. Con este planteamiento, o nos encontramos ante unos ignorantes supinos que desconocen nuestro ordenamiento o nos quieren tomar a los demás por imbéciles. Sin descartar la primera opción, sobre todo en algunos casos particulares bastante obvios, la segunda me parece intolerable y yo, desde luego, no estoy dispuesto a seguirles el juego. Espero que mi intervención lo deje suficientemente claro.
Veamos. Aquí, en este pequeño volumen caben la Constitución española, el Estatuto de Cataluña en vigor y el Reglamento del Parlamento de Cataluña, más los correspondientes índices temáticos. El Estatuto cubre exactamente cuarenta y cuatro páginas en este formato reducido y consta de cincuenta y siete artículos, siete disposiciones adicionales y siete disposiciones transitorias. El proyecto de reforma del tripartito contiene doscientos dieciocho artículos, siete disposiciones adicionales, cuatro disposiciones transitorias y cinco disposiciones finales. En gran formato ocupa cuarenta y seis páginas, es decir, abarca una extensión casi cuatro veces la del Estatuto actual. Pero no sólo son las cifras globales las que resultan llamativas. Consideremos un asunto concreto, uno que los catalanes consideramos, incluso sobresaltados por OPAS hostiles, estrictamente sentimental: las cajas de ahorro. En nuestra norma autonómica fundamental estas entidades de crédito aparecen mencionadas en el artículo 12, apartado 1, punto 6. Y digo mencionadas con toda propiedad porque lo único que hace el Estatuto vigente es enumerar en el punto 6 del apartado 1 del artículo 12 las instituciones de crédito corporativo, público y territorial y las cajas, sin otra precisión o desarrollo ulteriores. El Estatuto establece que de acuerdo con las bases y la ordenación de la actividad económica general y la política monetaria del Estado, corresponde a la Generalitat, en los términos de lo dispuesto en los artículos 38, 131 y los números 11 y 13 del apartado 1 del artículo 149 de la Constitución, la competencia exclusiva sobre cajas de ahorro. Así de conciso, claro y escueto. Vamos a continuación al proyecto de reforma maragalliano. Las cajas de ahorro merecen un artículo entero, el 117, con una extensión igual o superior a la de muchos artículos del Estatuto del 79. Es decir, que dos palabras, _caixes d´estalvis", ahora han sido sustituidas por más de doscientas en un precepto que detalla hasta la extenuación todo aquello que corresponde a la Generalitat en este ámbito, órganos rectores, representación de intereses sociales, régimen jurídico de creación, fusión, liquidación y registro, fundaciones, agrupaciones de cajas, cuotas participativas, distribución de los excedentes de la obra social, disciplina, inspección y sanción. Cuando pienso que uno de los directores generales de la primera caja de Cataluña ha firmado una carta en la que él y otros eximios representantes del mundo económico solicitan a Maragall que llegue a un acuerdo con Mas para que la reforma del Estatuto vea por fin la luz, para que esta reforma del Estatuto se haga realidad, me confirmo en mi apreciación de que el nacionalismo no es un problema únicamente político sino psiquiátrico, en el que el sadomasoquismo juega un papel relevante. De hecho, a los nacionalistas no hay que integrarlos, hay que curarlos, y la mejor terapia que yo conozco para la alteración que padecen es la de choque, o sea, derrotarles en las urnas. Pero volvamos a las cajas y a su tratamiento en el proyecto de nuevo Estatuto. No falta al respecto un toque surrealista, no en vano Salvador Dalí nació en el Ampurdán y Marcel Duchamp jugaba al ajedrez en las mesas de los bares de Cadaqués. Si una caja con sede en Cataluña, atención, opera en otras partes de España, la Generalitat tendrá competencia compartida en materia de disciplina, inspección y sanción, con lo que si se produce alguna presunta irregularidad en la gestión de una sucursal de una caja catalana en Madrid, Mérida o Málaga, allá van los inspectores del Conseller Castells junto con los del Banco de España y del Ministerio de Hacienda para poner una nota de eficiencia y seny catalán más allá de nuestras fronteras. La imaginación al poder y embolica que fa fort.
El proyecto llamado impropiamente de reforma está plagado de fantasías oníricas de este tipo y me llevaría varias horas relatarlas aquí. Sin embargo, no me resisto a citar otra, notable por su impulso al autogobierno. En el Estatuto del 79 el artículo 9 apartado 17 incluye entre las competencias exclusivas de la Generalitat con encomiable y lacónica precisión _pesca en aguas interiores, cría y recogida de mariscos, acuicultura, caza y pesca fluvial y lacustre". No hay más. En el mamotreto nacionalista que nos quieren endilgar, un apartado de dos líneas en un largo artículo se transforma en un artículo entero, el 142, que entra en una lista exhaustiva de pormenores que alcanza hasta el buceo profesional, materia muy adecuada para otorgarle una mención explícita en una norma del bloque constitucional, pero lo realmente novedoso es que la gloriosa ponencia estatutaria atribuye a la Generalitat _la competencia exclusiva en materia de actividades marítimas en aguas interiores y ¡exteriores!", sí, habéis oído bien, no ha sido una alucinación, competencia exclusiva en aguas exteriores. Pronto tendremos un Conseller de Marina, una escuadra cuatribarrada que surcará las aguas territoriales catalanas a la busca y captura de buzos ilegales, de barcos de pesca que utilicen artes no permitidas y de yates cuyo patrón no tenga la titulación exigida, y una Escola Naútica de la Generalitat de la que saldrán promociones de oficiales de nuestras patrulleras, destructores y submarinos. Ya veo deslumbrante en su uniforme azul cuajado de entorchados a Miquel Iceta, erguido y marcial, muy puesto en su responsabilidad de Gran Almirantet de la Floteta Catalana de Llevant.
Bien, ahora que ya nos hemos reído un poco, dispongámonos a temblar. Ya he dicho que no estamos ante una reforma estatutaria; el tripartito nos invita al entierro del Estatuto de Sau y a la apertura de un proceso constituyente encubierto con un Estatuto de nuevo cuño que no modifica y perfecciona el del 79, simplemente lo tira a la papelera por inservible y arranca de cero, como si un cuarto de siglo de avance del autogobierno no hubiese servido para nada. Este adanismo desestabilizador y agresivo ha sido calificado, con el cauto lenguaje de los juristas, como _una de esas oscilaciones tan peligrosas para el sistema" por un constitucionalista prestigioso al que el Ministerio de Administraciones Públicas ha solicitado un dictamen sobre la reforma. En efecto, nuestra arquitectura institucional y las equilibradas reglas de juego que nos dimos a nosotros mismos libremente los españoles en 1978 saltarán por los aires si la reforma nacionalista acaba triunfando. Que el proyecto del tripartito aprobado por la ponencia estatutaria en el Parlamento de Cataluña es inconstitucional no es un objeto de polémica, es un dato objetivo, según han probado con todo rigor tanto el equipo de constitucionalistas y administrativistas contratado por Jordi Sevilla para pronunciarse al respecto como el propio Consejo Consultivo de la Generalitat. Para que nos percatemos del nivel de irresponsabilidad en el que se mueven los máximos capitostes nacionalistas en estos días, basta recordar que una figura pública tenida normalmente por sensata, como Josep Antón Durán i Lleida, ha declarado con motivo del pronunciamiento negativo del Consejo Consultivo que este órgano _no es más que un instrumento político del PSC" y otra resplandeciente luminaria de la democracia occidental, Francesc Homs, ha remachado el clavo diciendo que las resoluciones del Consejo Consultivo tomadas por mayoría son una expresión _partidista" y que si en el Parlamento catalán hubiera una mayoría nacionalista _el dictamen estaría de acuerdo con las posiciones nacionalistas". Dejando aparte que si la actual composición del Parlamento catalán no le parece a Homs de mayoría nacionalista, produce escalofríos pensar lo que este energúmeno consideraría una Cámara auténticamente dominada por este color ideológico, suenan todas las alarmas al comprobar que estos pronunciamientos de representantes elegidos de descalificación beligerante de órganos estatutarios clasifican a Cataluña como una república bananera y nos devuelven al ambiente de caos y de desprecio a la legalidad que precedió a la Guerra Civil. Además, si en Convergencia i Unió impera un clima de este calibre de subversión contra el orden establecido, más vale no imaginar el estado de ebullición revolucionaria que debe reinar en el partido de los independentistas contertulios de asesinos y asaltantes de piscinas privadas.
Pero el Estatuto nacionalista no se limita a ser inconstitucional, que lo es por los cuatro costados. El Consultivo ha apreciado inconstitucionalidad en el sistema de financiación y en la invocación de los derechos históricos para fundamentar determinadas competencias. El equipo que ha ilustrado al Ministerio de Administraciones Públicas ha apuntado que Maragall nos quiere colar _un sucedáneo de reforma constitucional", un cambio constitucional vía reforma estatutaria sin acudir al proceso que la propia Ley de leyes establece. En otras palabras, el tripartito se propone estafar a todos los españoles y traicionar el espíritu de la transición. Su proyecto de nuevo Estatuto es más que inconstitucional, es venenosa y arteramente anticonstitucional. La inconstitucionalidad puede derivar de una interpretación errónea de la Constitución que, sin mala intención, conduzca a desbordarla en un precepto específico. La anticonstitucionalidad, que es lo que practica el tripartito, es algo diferente, es la voluntad maligna y corrosiva de destruir nuestra Ley Fundamental, de demoler el pilar de nuestra paz civil, de nuestro progreso y de nuestra supervivencia como sociedad integrada y solidaria. No es lo mismo derrapar de buena fe en una curva de la Constitución que colocarse a sabiendas contra ella, como hacen Maragall y sus socios secesionistas.
La manera idónea de comprobarlo es leyendo el texto aprobado por la ponencia, de la primera línea a la última, además de las enmiendas presentadas por los distintos Grupos. Yo he coronado este fatigoso ejercicio, que me ha llevado unas cuantas horas, y por eso ahora puedo expresar mi opinión con conocimiento de causa. Os aseguro que nada de lo que han publicado los medios ni de lo que han declarado los distintos responsables políticos sobre el tema da una idea ni siquiera aproximada de la magnitud del trauma que la aprobación de este Estatuto delirante acarrearía a Cataluña y al conjunto de España. Hay que tenerlo bajo los ojos para creerlo y durante su lectura ha habido momentos en que no sabía si mi incredulidad era superior a mi indignación.
Permitídme que os exponga algunas perlas particularmente voluminosas del producto de las deliberaciones de la ponencia que ha contado, para mayor INRI, con el asesoramiento permanente del Instituto de Estudios Autonómicos cuyo director, puestos a apurar la copa del absurdo, fue vicepresidente del Tribunal Constitucional. Visca Catalunya i Visca el Barça.
Artículo 191. Tratados y Convenios internacionales. ¿Estáis bien sentados? Pues bien, vamos allá. El Gobierno de España ha de informar a la Generalitat con carácter previo, nada de a toro pasado, con carácter previo, sobre los procesos de negociación de Tratados y Convenios internacionales si afectan a las competencias e intereses de Cataluña. O sea, siempre, porque los intereses de Cataluña como es bien sabido, son universales e infinitos. Obviamente, el Gobierno de la Generalitat y el Parlament pueden dirigir al Gobierno de la nación las observaciones que consideren pertinentes al caso. Además, la Generalitat ha de participar en las negociaciones de los tratados internacionales que afecten a sus competencias, es decir, en todos. Y si las competencias afectadas son exclusivas, el informe del Parlament será determinante para el Ejecutivo central. Ya estoy viendo la escena. Entrevista negociadora de Moratinos y Condy Rice. Moratinos: Ms. Rice, this is Mr Puigcercós, whose opinión on our agreement is conclusive. Y Condy Rice: Pleased to meet you Mr. Puig, Puig what? Ah, Puigcercós. Sit down, please. Y Puigcercós: Encantat de coneixer-la. Catalonia is an oppressed nation. Y Condy Rice : I beg your pardon ? En fin, para qué seguir. Y si, como es lógico, esta prerrogativa se ha de extender a las diecisiete Comunidades Autónomas con el fin de evitar discriminaciones, los encuentros de nuestros Ministros con sus homólogos de otros países para preparar y cerrar acuerdos internacionales se parecerán bastante al camarote de los hermanos Marx. Dato interesante: a este artículo, al que el PP ha presentado, naturalmente, una enmienda de supresión, el PSC no ha presentado ninguna. ¿A qué el tema está peor de lo que lo que nos cuentan?
Artículos 178 hasta el 181. Relaciones de la Generalitat con la UE. Exactamente lo mismo, calcado del 191 con algunos suculentos añadidos. Cuando se convoca una Conferencia Intergubernamental para reformar los Tratados, el Gobierno de la Nación ha de informar y escuchar la opinión de la Generalitat, incorporar a representantes de la misma en la delegación española que negocie con los demás Estados Miembros y en aquellos elementos que afecten a competencias exclusivas de la Autonomía catalana, la posición de la Generalitat ha de ser seguida obligatoriamente por el Gobierno central. En lo de escuchar a la Generalitat no especifica si el Presidente del Gobierno central ha de hacerlo genuflexo o vale que permanezca de pie respetuosamente inclinado. Además de menoscabar la soberanía nacional hasta extremos inaceptables, la extensión a las diecisiete comunidades autónomas de este procedimiento haría inviable la negociación convirtiendo además al Reino de España en objeto de irrisión ante sus socios comunitarios. Tampoco hay ninguna enmienda sustantiva del PSC a un esquema tan contrario a la racionalidad jurídica y al funcionamiento eficaz de las CIG europeas.
Supongo que todos estamos de acuerdo, empezando por las organizaciones empresariales catalanas, que en España es conveniente que exista unidad de mercado. Pues bien, en el artículo 144 del proyecto de reforma, Corporaciones de Derecho Público y profesiones tituladas, se asigna a la Generalitat la competencia exclusiva en la determinación de requisitos y condiciones del ejercicio de profesiones tituladas y de acceso al ejercicio profesional, el establecimiento de los derechos y obligaciones de los profesionales titulados y su régimen de incompatibilidades. Si se contrastan estas disposiciones con el artículo 9.23 del Estatuto actual, plenamente respetuoso con la Constitución, y con los artículos 36, 149.1.30 y 139 de nuestra Ley Fundamental de 1978, se advierte hasta dónde llega la insania intervencionista e inconstitucional del tripartito. ¿Es que un profesional titulado español ha de encontrar obstáculos a su movilidad laboral en el interior de las fronteras de su país? Mientras a nivel europeo se toman medidas para que desaparezca cualquier barrera académica o administrativa para la libre circulación de profesionales, Maragall y Carod deshacen por abajo lo que como miembros de la Unión estamos construyendo por arriba. En el artículo 150 de la reforma, mercados de valores y centros de contratación, la Generalitat se arroga la facultad de introducir requisitos adicionales a los que imperan en el conjunto del Estado para la admisión de valores negociables, para el régimen de incompatibilidades de los administradores de las empresas de servicios de inversión que operen en Cataluña y para la publicidad en relación a emisiones, agentes y funcionamiento del mercado de valores. Es evidente que el presidente del Fomento del Trabajo, debido a sus múltiples ocupaciones, no ha llegado a leerse en su totalidad el proyecto de reforma porque si lo hubiera hecho no habría firmado la inaudita carta pidiendo que este bodrio alcance el BOE. Y análoga fragmentación del mercado español encontramos en el artículo 135, Trabajo y Relaciones Laborales, en el 148, Industria y Artesanía, y en el 152, Promoción y Defensa de la Competencia.
Pero no os pido que creáis lo que os estoy contando, os pido que lo leáis y saquéis vuestras propias conclusiones. Y una vez hayáis advertido directamente, sin intermediarios políticos o periodísticos, que el tripartito os arrastra a la ruina con este Estatuto obsesivamente intervencionista, rabiosamente anticonstitucional y enloquecidamente subversivo, movilizaos contra él, defendeos de Maragall y de Carod, contraatacad, explicad a vuestros compañeros de trabajo, a vuestros vecinos y a vuestros amigos de tertulia lo que a Cataluña se le viene encima. Es así de sencillo: o acabamos con el Estatuto nacionalista o el Estatuto nacionalista acaba con todos nosotros.
Hay un Título concreto del proyecto que merece un recorrido monográfico porque nos proporciona con nítida e indisimulable brutalidad el significado y el alcance de esta operación de eliminación del Estado español en Cataluña y de separación efectiva de Cataluña del resto de la Nación. Me refiero al Título tercero, sobre el Poder Judicial en Cataluña, que tritura la unidad de la Administración de Justicia en España. Según se prescribe en sus tres capítulos y quince artículos, la Generalitat asume todas las competencias y atribuciones que actualmente residen en el Consejo General del Poder Judicial mediante un órgano de nueva creación, El Consejo de Justicia de Cataluña. Así, la capacidad de convocar oposiciones, nombrar a jueces y magistrados, fijar las demarcaciones judiciales, abrir y cerrar juzgados, inspeccionar juzgados y tribunales e imponer medidas disciplinarias, corresponde a este organismo cuyos miembros son designados por el Parlamento de Cataluña por mayoría cualificada. En cuanto al Presidente del Tribunal Superior, a los Presidentes de Sala del mismo y al Fiscal Superior, el Consejo General del Poder Judicial viene obligado a nombrarlos entre los integrantes de una terna que le presenta el Consejo de Justicia de Cataluña o el Gobierno de la Generalitat, respectivamente. Cualquier aspirante a una vacante de juez o magistrado en Cataluña ha de acreditar un conocimiento suficiente de la lengua catalana, requisito que resulta indispensable para ocupar la plaza.
Es obvio que estas disposiciones impiden en la práctica que ningún juez o magistrado oriundo de las Comunidades monolingües en castellano, que son doce, desempeñe su labor en Cataluña, con la consiguiente discriminación intolerable y el inevitable empobrecimiento de la calidad y de la independencia de la justicia en el territorio del Principado.
Disposiciones idénticas se aplican en el artículo 130 a los notarios y a los registros civil, mercantil y de la propiedad. Mismas competencias de la Generalitat abarcando todos los aspectos del funcionamiento de dichos cuerpos, misma obligación del conocimiento de la lengua. Volem bisbes catalans, volem notaris i registradors catalans, volem jutges catalans, volem mestres catalans, la voluntad enfermiza de cerrar Cataluña a las aportaciones humanas del resto de España, la introversión neurótica y esterilizante que niega la realidad palpable de que la prosperidad material, el dinamismo cultural y hasta la propia supervivencia de la lengua catalana han sido posibles gracias a los flujos masivos de gentes procedentes ayer de todas las regiones de la península y hoy de otros continentes. Si una sociedad se enclaustra, más pronto que tarde entrará en decadencia consumida por sus carencias porque ningún colectivo humano es autosuficiente. En la era de la globalización, nuestros micronacionalistas desperdician preciosas energías en levantar murallas inútiles frente a una España a la que Cataluña pertenece por historia, por demografía, por interdependencia económica, por vínculos de afecto que son demasiado vivos, demasiado intensos, para ser borrados por operaciones mezquinas de ingeniería social a cargo de un puñado de filólogos de tres al cuarto.
Y dediquemos a continuación unos minutos al tema candente de la financiación, uno de los caballos de batalla junto a los derechos históricos y al blindaje de competencias, de esta reforma infumable. El enfoque del tripartito en este campo introduce cinco elementos que rompen con el modelo actual y que son incompatibles con los principios constitucionales de igualdad y solidaridad.
1) La Generalitat recauda, gestiona, inspecciona y regula todos los impuestos sin excepción, incluyendo los grandes tributos estatales, renta, IVA y sociedades. Ya no hay impuestos reservados al Estado, sino que todos pasan a ser cedidos a la Generalitat, total o parcialmente. Una medida de este tipo, aplicada con carácter general a las diecisiete Comunidades, deja al Estado inerme y sin recursos para cumplir sus fines, reservada en exclusividad a Cataluña introduce un privilegio intolerable.
2) La Administración tributaria del Estado se esfuma en Cataluña y la Agencia Tributaria catalana que la reemplaza se _coordina" con ella. Para esta propuesta descabellada valen las mismas observaciones que para la anterior.
3) La contribución a la solidaridad de la Comunidad catalana tiene un límite: no puede rebasar el 50% del volumen recaudado para cada uno de los tributos cedidos total o parcialmente. Es de cajón que la imposición de una cota máxima a la aportación al proyecto común de manera unilateral es inadmisible por parte del Estado y de las restantes Autonomías. Si las diecisiete hicieran lo mismo, el Estado colapsaría. Si sólo se le permite a Cataluña, se vulnera de manera flagrante el principio de igualdad.
4) Las Comunidades, según el tripartito, han de recibir el mismo nivel de servicios públicos únicamente si su esfuerzo fiscal es similar. Se trata de un criterio tramposo y perversamente insolidario con las Autonomías de menor renta. El esfuerzo fiscal, es decir, el porcentaje recaudado en términos de PIB, no es el mismo en un territorio menos desarrollado que en otro más rico, ya que el sistema es progresivo. En consecuencia, aunque el esfuerzo fiscal de una Comunidad modesta sea inferior al de Cataluña, negarle un nivel equiparable de sanidad, educación y bienestar social a cargo de fondos públicos es una muestra de egoísmo repulsivo y de falta absoluta de conciencia nacional. En mi opinión, éste es un rasgo del modelo diseñado por el tripartito que más claramente pone en evidencia no ya la mofa que de la Constitución hacen Maragall y sus socios separatistas, sino la radical inmoralidad de sus concepciones políticas. El mero hecho de poner negro sobre blanco semejante abuso representa una provocación peligrosamente desestabilizadora. Uno de los acuerdos tácitos de la transición fue que nadie en el futuro rompería la baraja. Salta a la vista que al tripartito le quedan ya pocos naipes que rasgar.
5) Se crea una Comisión Mixta de Relaciones Fiscales y Financieras Estado-Generalitat que con carácter bilateral resuelve todas las cuestiones relativas a la financiación autonómica de Cataluña. Estamos ante otra descarada violación de la Constitución. El marco para pactar el modelo de financiación autonómica el es Consejo de Política Fiscal y Financiera del Estado, donde de manera multilateral y bajo el arbitraje del Gobierno central, garante y depositario del interés general, se alcanzan fórmulas equilibradas que preserven la solidaridad y la igualdad. El tratamiento confederal de la distribución de recursos que pretende el tripartito no es de recibo y equivale a una bofetada al resto de Autonomías, a las que se trata, de facto, como inferiores.
Queridos amigos y amigas, este Estatuto nacionalista nos conduce a una conclusión tan desoladora como inocultable: en la transición se cometió un error de perspectiva, bienintencionado sin duda, pero letal, y ese error fue confiar en los nacionalistas, asimilar los nacionalismos etnicistas al resto de partidos democráticos, cuando la experiencia ha demostrado hasta la saciedad que son de una especie distinta. La Constitución de 1978 se erigió sobre una hipótesis que el tiempo ha revelado trágicamente falsa: la de que los nacionalismos identitarios eran opciones políticas como las demás, que pugnarían por el poder sin romper las reglas, trabajando dentro del sistema, sin quebrar el marco común. Las evidencias se han ido acumulando, pero tras el Plan Ibarretxe y el Estatuto de Carod, negarse a reconocer la imposibilidad de gobernar una Nación con la colaboración de aquellos cuyo objetivo es destruirla o es ceguera o es traición.
El gran pacto de la transición tuvo cinco componentes principales:
a) el social, que trajo el equilibrio de intereses entre capital y trabajo, y que empresarios y sindicatos han respetado.
b) el militar, que sometió este estamento al poder civil, y que las fuerzas armadas y las instancias democráticas han respetado.
c) el religioso, que separó la Iglesia y el Estado, y que ambos han respetado.
d) el de la forma de Estado, que superó la disyuntiva Monarquía-República, y que la Corona y la izquierda nacional han respetado.
e) el territorial, introducido para apaciguar la tensión centro-periferia, que los grandes partidos nacionales han cumplido y los nacionalistas han pisoteado.
Este es un hecho doloroso, decepcionante, desesperante, si se quiere, pero real, y vivir de espaldas a esa realidad nos aniquila como sociedad vertebrada. He aquí el gran problema nacional de España en el inicio de siglo XXI, la negativa contumaz y destructiva de los nacionalistas identitarios a incorporarse lealmente a un gran proyecto español cohesionado y plural en el que la diversidad sea respetada y la unidad conservada. De nada sirve fingir que este mal no nos aflige, actuar como si las cosas fuesen de otra manera, si son como son. Esta incapacidad para enfrentarse a una circunstancia tan incómoda como tangible nos ha deslizado lenta pero inexorablemente hacia la insostenible y delirante situación actual, a saber, el Presidente del Gobierno de la Nación nos comunica que el concepto de nación es relativo, su rama catalana se manifiesta abiertamente nacionalista, su filial vasca ha abandonado la causa constitucionalista, los terroristas se sientan en un Parlamento autonómico y el Gobierno central se mantiene gracias a los independentistas. ¿Adónde hemos llegado, cómo es posible que una grande y antigua Nación europea se vea obligada a soportar tanta vergüenza, tanta indignidad, tanta cobardía de los que, en principio, están llamados a fortalecerla, servirla y hacerla respetar? ¿Qué viscosa mezcla de ignorancia, pusilanimidad, oportunismo, deseo de conservar el poder a toda costa y animadversión sectaria al otro gran partido nacional nos está debilitando hasta dejarnos exánimes?.
Nos encontramos en un trance que sólo puede ser calificado como de emergencia nacional. El momento es de extrema gravedad porque la Nación no está amenazada únicamente en su seguridad, en su prosperidad y en su estabilidad, sino en su misma existencia. Si el Gobierno central y una mayoría en el Congreso de los Diputados avala la creación de una nación étnica en el seno de una Nación cívica, si el artículo primero del proyecto de Estatuto de Cataluña, ese que postula que Cataluña es una nación, haciendo trizas el artículo segundo de la Constitución, pasa a formar parte de nuestro ordenamiento, se iniciará indudablemente una nueva etapa en la historia de España, la de su desaparición.
Me gustaría compartir con vosotros una idea que considero clave y cuyo olvido o cuya ausencia es la causa del auge de los micronacionalismos secesionistas en nuestro país. La perversidad intrínseca de los nacionalismos de identidad no radica en sus pretensiones soberanistas y separatistas, sino en las bases éticas en las que apoyan esta pretensión. Lo rechazable no es la reclamación de soberanía, lo es principio étnico excluyente y totalitario en el que los nacionalistas apoyan esa pretensión. Si la soberanía es indispensable para ganar o recuperar la libertad, para implantar el respeto a los derechos humanos, para obtener justicia, para eliminar la discriminación, o sea, para vivir en sociedad de acuerdo con los principios y valores de nuestra Constitución de 1978, bienvenido sea el combate para alcanzarla. Si se demanda la soberanía para imponer la uniformidad allí donde hay pluralidad, para distinguir entre ciudadanos de primera y de segunda en función de la lengua, la raza, la cultura o las creencias, para atropellar derechos individuales inalienables con el fin de satisfacer imaginarios derechos colectivos, entonces la autodeterminación es sinónimo de tiranía y considerarla un avance democrático una broma siniestra.
Las dificultades que nos agobian en la tarea de consolidar el edificio constitucional construido en 1978 arrancan de la incapacidad por parte de muchos de comprender la verdadera naturaleza del nacionalismo. No hay nacionalismo benigno porque en cualquier conflicto de identidad se genera irremisiblemente una dinámica del odio. El pobre Patxi López intenta curar la septicemia que corroe a la sociedad vasca con dosis moderadas de agentes patógenos activos. Otros se ufanan de pertenecer a la centralidad política para enmascarar su falta de valor o de convicciones. No se puede prestar mejor ayuda a los nacionalistas que aparentar normalidad en el presente estado de cosas, no se puede facilitar de manera más sumisa su labor disolvente que sentándose durante dieciocho meses en una ponencia parlamentaria que redacta la demolición de nuestro sistema de convivencia sin descomponer el gesto ni levantar la voz aunque las enmiendas que se presenten sean jurídicamente impecables. En política, el volumen, el tono, el timbre y la orquestación con los que se interpreta la partitura son tan importantes como la música misma. ¿O es que el centrismo consiste en tocar el último movimiento de la Novena de Beethoven con una flautita? Confundir el centrismo con el colaboracionismo me parece una equivocación imperdonable.
Los nacionalistas no interpretan las concesiones como un gesto generoso que ha de ser correspondido, sino como una debilidad del interlocutor que debe ser inmediatamente explotada. La reforma estatutaria del tripartito es una muestra palpable de esta pauta permanente. ¿Qué más hará falta para que algunos se enteren? ¿Quizá una ceremonia de flagelación de Chaves en la plaza de la Maestranza a cargo de Puigcercós?.
Los jerarcas metropayeses de Esquerra se han llenado de júbilo porque su Estatuto liberticida devolvía a Cataluña a sus tiempos dorados anteriores a 1714. Logro notable, el regreso al Antiguo Régimen ¿Contemplan también estos encendidos patriotas la recuperación alborozada de la higiene, la medicina, las comunicaciones y los medios de transporte del siglo XVII? Al fin y al cabo, Carod se vanagloria de que no tiene carné de conducir, pero, que se sepa, no ha rechazado el coche oficial ni el teléfono móvil a cargo de los impuestos cedidos ¿Sienten nostalgia por las aduanas interiores, por el absolutismo, por la proliferación de monedas, por el tribunal de la Inquisición? Quizá sí, teniendo en cuenta que ya han puesto en marcha oficinas de delación lingüística.
Insólita empresa la de crear pequeños Estados-nación cultural y lingüísticamente homogéneos fuera de su tiempo histórico cuando el proyecto de unidad europea aspira a configurar un vasto espacio político-jurídico superador de las diferencias de lengua y de cultura basado en principios y valores universales.
En definitiva, amigos míos, el Estatuto del tripartito es la culminación de veinticinco años de abdicaciones, ingenuidades, errores estratégicos, relativismo ético, cesiones a las urgencias cortoplacistas y debilidad conceptual de unos y de otros, y ahora el monstruo ha crecido hasta alcanzar proporciones difícilmente manejables. Sin embargo, hay que conservar la esperanza y mantener el ánimo porque las mayorías efectivas no coinciden necesariamente con las mayorías reales, aunque éstas se encuentren temporalmente desactivadas. Yo os invito a la movilización a favor de la Nación española definida por nuestra Constitución de 1978, una comunidad moral y racional de hombres y mujeres libres que los nacionalistas quieren degradar a hervidero de tribus hostiles entre sí, yo os insto a no ceder a la tentación del conformismo ni de la indiferencia, a recuperar el espíritu combativo que electrizó Cataluña en la primera mitad de los noventa del pasado siglo. Afortunadamente disponemos del instrumento político adecuado para esta misión urgente e insoslayable y no hay que inventar ninguno nuevo, sobre todo porque ante un enemigo formidable no hay nada peor que la dispersión de esfuerzos. Después de todo, el nacionalismo no es más que la solución imposible a un problema inexistente. Con los nacionalistas no hay que dialogar, hay que hacerles morder el polvo en las elecciones, no se trata de integrarles, sino de poner en evidencia sus miserias, en vez de darles cancha no hay que darles cuartel. Pongamos fin a los complejos, las tácticas miopes, los seguidismos vergonzantes y las maniobras de salón para volver al combate a pecho descubierto, orgullosos de nuestro credo y de nuestras siglas. Y no olvidéis una cosa, que os digo por experiencia. No existe peor melancolía que la que produce un trabajo dejado a medio hacer.
A partir de una anécdota, y sin hacer un profundo analisis politico, nos encontramos con que en Galicia tenemos un gobierno bicéfalo. Entre Quintana y Touriño no está muy claro quién es presidente y quién vicepresidente. Hace unas semanas Quintana, que actúa como presidente, anunció el pago de 600 euros al mes para las mujeres maltratadas. Esta medida, en las fechas en las que nos encontramos ( la terrible cuesta de septiembre), supuso que más de una familia casi se plantease si merecía la pena un puñetazo, con cariño pero rentable. En el gobierno, el anuncio de la medida provocó problemas entre socialistas y bloqueiros. Un poco sorprendente ¿no?. Pocas semanas despues, Touriño, quizas molesto por la popularidad del anuncio de Quintana, nos sorprendía a todos con la noticia de la gratuidad de los libros de primaria ¿? ¡ A dos semanas de comienzo del curso!. No se imaginan el follón. Ahora la duda está en si pagarán los libros presentando la factura, o bien sin factura (hace meses que los mas precavidos ya los tenían), si habra que devolver los corticoles o los cheques regalo. Precipitado y desorganizado. La gratuidad de los libros de texto en la enseñanza obligatoria estaba en proceso. Durante los últimos años del PP, cada curso se iba ampliando la gratuidad, tanto para primaria como para secundaria. Tendria más sentido seguir el método este año y proponer la medida para el proximo. Pero en cualquier caso, lo que nos asombra a más de uno es que tras las criticas del nuevo gobierno por el estado calamitoso de la cuentas de la Xunta, llegando a valorarlo como en bancarrota, descubramos según pasan los meses que en la Xunta sobra el dinero
Debo decir que escuchando esta mañana a FJL y a Pedro J., Recarte y no sé quién más he sentido lástima y vergüenza. Pocas veces les he visto más perdidos y faltos de argumentos de fondo. No se puede decir a estas alturas seriamente, como hacía Pedro J., que "si estos señores quieren ser independientes cómo se les ocurre intentar adueñarse de la principal compañía eléctrica española...".
Queridos colegas, a veces me parece que no se entiende nada de lo que pasa aquí. Y me desespera, porque estoy harto de que se eche las culpas a los que sí hacen los deberes (los suyos, evidentemente) sin mirar para nada a los que no los hacen.
A ver: adueñarse del mercado eléctrico español es una brillantísima maniobra que va mucho más allá de lo económico, evidentemente. Brillantísima para los separatistas, claro está, y sabéis que no soy uno de ellos. Una de las trabas principales a cualquier intento secesionista es la dependencia energética del vecino "secesionado". De ahí venía, por ejemplo, aquella historia del trasvase del Ródano, para no depender del Ebro que nace en España, con la que acabaremos presumiblemente mal. Pues esto es lo mismo pero bien hecho.
No podemos indignarnos contra quienes actúan de acuerdo con un proyecto claro y definido, y avanzan paso a paso, con firmeza, en su desarrollo. Me atrevo a preguntar: ¿dónde está el poder financiero e industrial español? ¿dónde están los grandes empresarios y magnates españoles, cazando ciervos? ¿Dónde están quienes sean capaces de reunirse y escribir una carta abierta al presidente del gobierno y al líder de la oposición, y hasta al Rey, para decirle que no están dispuestos a consentir la destrucción de España? El rey por cierto, estaba cazando rinocerontes en Botswana cuando lo de Afganistán, y eso que todo el mundo le hacía en Mallorca. ¿Dónde se ocultan, a qué apuestan Florentinos, Isidoros, Abellós, Koplowitz, Botines, Luca de Tena,...? ¿Dónde está el político que pueda sentarlos a la mesa y entusiasmarlos con una llamada a la responsabilidad? ¿Dónde están los inversores patriotas (en el otro bando los hay) que se ofrezcan a crear un medio de comunicación diferente en Cataluña? ¿Dónde está el estado que financie el sostenimiento de un medio no nacionalista, como hace la Generalitat con el Avui?
No os quereis dar cuenta de que ya estamos en la pendiente, y ahora todo son lágrimas de cocodrilo. Los catalanes no tenemos porqué resolver esto. A mí, como ciudadano catalán y español, y como consumidor, en realidad me importa un comino que en los kilowatios que gasto mande La Caixa o Cajamadrid. Pero os aseguro que muchos catalanes no necesariamente nacionalistas empiezan a ver con buenos ojos todo esto. ¿Por qué? Muy sencillo: en un lado hay un proyecto (que yo no comparto en absoluto y combatiré humildemente con mis medios en una guerra perdida), un entusiasmo, unas ganas, un plan, unas promesas de futuro, un espíritu de cambio, una presión constante, una propaganda arrolladora (dicen que este domingo va a promocionarse el estatuto en el Camp Nou), caras conocidas que se pronuncian. En el otro bando ... no hay nada. La nada más absoluta.
Ellos movilizan a actores, futbolistas, empresarios, periodistas,... ¿y enfrente? ¿alguien ha visto que se movilice alguien que no sea aquel grupo de intelectuales que fue un visto y no visto, porque nadie les apoyó? ¿Cómo vamos a movilizarnos aquí cuatro gatos, si luego nadie desde allí nos ofrece un agarradero?
Las cosas no pasan porque sí. Las naciones no desaparecen por el impulso de cuatro nacionalistas visionarios. Las naciones se suicidan por desidia, por pereza, por arrogancia, por vivir de viejos laureles, por acomodarse en un pasado mejor, por falta de ilusiones.
¿Sabeis imaginar por un momento la ilusión que pueden estar viviendo las bases de la militancia nacionalista, y sus simpatizantes, ante la sensación inigualable e irrepetible de estar asistiendo a la creación con sus propias manos de una nueva nación, de un nuevo estado? Y repito: ¿enfrente, qué ilusión tenemos?
El nacionalismo, y en particular el catalán, es cobarde por naturaleza. La historia lo demuestra. Pero muy imbéciles deberían ser si no aprovechasen el absoluto vacío que se les deja. se les ha dejado la educación, se les compra al contado el apoyo parlamentario cubriendo sus despilfarros presupuestarios, se les deja la política lingüistica, la de seguridad, se repliegan las fuerzas de seguridad, se les permite abrir pseudoembajadas en el exterior, se les ríen las gracias y se transige siempre con ellos por no sé qué mala conciencia que arrastramos los españoles.
No nos quejemos ahora si no hemos sabido plantarles cara. Ellos saben lo que hacen y hacen lo que deben. Somos nosotros los que no lo hacemos. Y no es solo el gobierno actual, esto no es fruto de un día.
+ Porque el texto planteado no es una reforma estatutaria, sino una auténtica constitución propia de un estado independiente.
+ Porque niega la misma existencia de España como nación.
+ Porque es un texto pensado por y para nacionalistas.
+ Porque es un texto declaradamente escorado a la izquierda, sin considerar al resto de la ciudadanía.
+ Porque aceptamos el marco constitucional y estatutario vigente como suficiente para continuar la etapa más larga de progreso en libertad que han vivido Cataluña y España.
+ Porque no estamos conformes con que Cataluña se encamine inexorablemente hacia la independencia.
+ Porque no aceptamos la teoría del expolio fiscal, utilizada como pretexto por los gobiernos nacionalistas para gastar de forma incontenida.
+ Porque pasar de 50 a 250 artículos no es una reforma.
+ Porque un estatuto de autonomía es una ley orgánica del parlamento de España, que no se ha de limitar a asentir.
+ Porque no es de recibo que una comunidad autónoma blinde sus competencias invirtiendo la jerarquía normativa colocando a las leyes estatales en un rango inferior.
+ Porque no aceptamos la entelequia de unos supuestos derechos históricos unilateralmente proclamados como fuente de legitimación de competencias.
+ Porque el texto propuesto significa de hecho la expulsión del Estado de casi todas los ámbitos.
+ Porque no garantiza la igualdad de las dos lenguas oficiales.
+ Porque no necesitamos un nuevo estatuto, salvo para acrecentar las ambiciones de poder de los políticos nacionalistas.
Vuelven la propaganda, el artificio, la bobada, el atrezo, la impostura, el descaro, la jeta, la frescura, el empalago, el tópico, el prejuicio.
Vuelven la negligencia, el estropicio, la nada entre dos platos, la incultura, el cuento, el descontrol, la cara dura, el agrio sectarismo subrepticio.
Vuelven la insensatez de capirote, el melindre, la imagen, el tupé, el énfasis trivial, la altisonancia.
Y vuelve del reposo en Lanzarote don José Luis Rodríguez Zetapé. En fin, perdónenme la redundancia.
Un simple vistazo al enésimo anteproyecto de ley orgánica de Educación, esta vez obra del PSOE, viene a mostrarnos la enorme distancia que existe entre teoría y realidad en un asunto tan vital como el futuro académico de nuestros vástagos. Así, vemos que por decreto de ciertos pedagogos de salón, todo lo esencial, todo lo que nos explica y sirve de elemental asiento al saber desaparece bajo el felpudo de la más ágrafa estulticia. Primero fue el latín, ahora parece que le toca a la filosofía. Así que mientras el alumnado debe despedirse de Platón, Aristóteles, Spinoza, Kant o Hegel, nuestros despiertos políticos se llenan la boca celebrando su inconmensurable ingenio al diseñar nuevas y extrañísimas materias como esta de "educación para la ciudadanía" que, de pinta, se parece sólo a aquella otra destinada a la formación del espíritu nacional, porque, alguien debiera decírselo, de constituciones, estatutos y unión europea, si es que de eso se trata como se asegura en el preámbulo del proyecto de ley de marras, siempre se había ocupado hasta ahora el heroico gremio que forma el profesorado de historia. Por cierto que ése será sin duda el próximo en caer a manos de los que sólo se interesan por lo que ha ocurrido bajo sus campanarios.
Es así que todo parece encomendarse a la sana convivencia y a la alegre camaradería, dejando para mejor ocasión los saberes fundamentales, los mismos que luego permiten opinar, discernir o elegir según cierta razón y conocimiento. No hace mucho, me comentaba un colega que se gana la vida impartiendo clases de Historia del Arte, que estaba a punto de tirar la toalla de su inveterado entusiasmo por la docencia, porque que ya no podía con la general desinformación de sus pupilos. Uno de ellos, matriculado en segundo de bachillerato, acababa de comentarle: "Profe, ese Miguel Ángel del que hablas, ¿está aún vivo?". Peor lo tiene cuando debe explicar iconografía, es decir sentar las claves para la interpretación contextualizada de las obras de arte, ahí, si pregunta si saben quien era el Rey David, o los cuatro evangelistas, o Daniel el del pozo de los leones o Afrodita o Buda o Virgilio...todos le miran con ojos indolentes bajo sus neoboinas de béisbol y niegan sistemáticamente con la cabeza. Luego, en gesto perdulario y tristemente reivindicativo, los más atrevidos le espetan con suficiencia: "Profe, es que nosotros ya no tenemos que leer la Biblia, que esta es una sociedad ciudadana y laica". Mi amigo aquel día no tubo ganas de explicarle al tecnocretino que tenía delante que ni Buda ni Virgilio constaban en las entradas disponibles en la Biblia, que Afrodita no era una flauta nasal abisinia y que una cosa es creer lo que se quiera y otra conocer aunque sea tangencialmente la cultura milenaria que nos precede.
La estafa de la política catalana tiene carácter previo al hipotético fracaso de la redacción del nuevo estatuto. Y reside en la ausencia de la inexcusable pregunta inicial: ¿es necesario un nuevo estatuto para Cataluña? Pregunta, por cierto, absolutamente excluida del debate en Cataluña y el resto de España. Incluso el PP ha renunciado desde el principio a plantearla.
Y sin embargo la respuesta es sencilla: el nuevo estatuto solo es necesario si se acepta como hecho incontrovertible que hay que avanzar en un autogobierno que solo puede acabar en la independencia. Porque, desde luego, si se acepta que la Constitución del 78 marcó los límites de un estado ampliamente descentralizado, y que era el fruto de un pacto en el que todos cedían algo, si eso se acepta no es en absoluto necesario un nuevo estatuto.
Y esa es la primera etapa de la gran estafa: ya nos han sustraído antes de empezar la pregunta crucial. Se da por sentado, por comúnmente aceptado, que Cataluña tiene que avanzar indefinida e inexorablemente hacia un mayor autogobierno y, en última instancia, hacia la independencia. Ya ni se discute el concepto, sino tan solo el cómo, el cuándo, el ritmo.
Cuando alguien osa plantear esa cuestión previa, amén de ser observado como espécimen extraño y candidato al ingreso inmediato en un centro de reeducación, se le suele responder con la cuestión de la financiación: ¿es que acaso Cataluña no tiene derecho a una mejor financiación, a un trato económico que no limite su potencial de crecimiento?. Y he ahí la segunda fase de la estafa. La incansable reivindicación frente a Madrid ha venido siendo utilizada por los sucesivos gobiernos de la Generalitat como fenomenal coartada para no tener que preocuparse jamás de materias tan prosaicas y tan ineludibles para otros gobiernos como el déficit público o la contención del gasto. ¿Que no llegamos? Es porque Madrid nos quita nuestro dinero. ¿Qué nos pasamos tres pueblos en el presupuesto? En la próxima negociación de nuestro apoyo parlamentario al gobierno español (al que sea) ya les sacaremos una hermosa tajada para pagar la sanidad, o la educación, o lo que sea en que nos hayamos excedido.
Una financiación mejor solo tiene sentido si seguimos aplicando nuevamente la primera parte de la estafa: necesitamos más dinero porque si no no podemos desarrollarnos como nación. Y como ya hemos dicho, eso está fuera de toda discusión. Si asumiésemos nuestra posición como comunidad autónoma dentro del estado español, y no aspirásemos a competencias cada vez más amplias y costosas que, insisto, solo conducen a la independencia, no sería ten necesario un nuevo sistema de financiación ni, en consecuencia, un nuevo estatuto.
La tercera parte de la estafa aparece cuando uno toma el texto de la supuesta reforma y ve que el articulado pasa de cincuenta y tantos a 250 y pico. Y que los ponentes hablan de blindar el texto para evitar injerencias estatales. Y que los más radicales advierten que este texto nos da vidilla para 25 años, pero que no implica renunciar a nada que vaya más allá (¿qué queda, salvo la independencia?). Y que contiene una serie de pronunciamientos absolutamente escorados hacia uno de los extremos del arco político. Es decir, que esta fase de la estafa es doble: no es una reforma estatutaria, sino una constitución en toda regla, y no es la de todos los catalanes, sino solo la de los nacionalistas de izquierda.
La cuarta etapa de la estafa es quizá la más deprimente. Imaginemos (no lo creo) que finalmente no se vota este texto, y se convocan elecciones anticipadas. Aclaremos de antemano que tanto si se vota como si no, ello dependerá exclusivamente de los más espurios intereses partidistas y electorales. En realidad, en este instante, a todos los nacionalistas Cataluña les importa un rábano, y el estatuto aún menos: es un simple trampolín para posicionarse de cara a la próxima carrera electoral. Pero vuelvo a la cuarta parte de la estafa: es que si se celebrasen elecciones nada cambiaría. ERC podría nuevamente optar por dar el poder simbólicamente a CiU o al PSC, para seguir mandando en la sombra. Y el progreso incesante hacia la secesión seguiría su curso de todas maneras. Es decir, que el fracaso político que supondría que tras un año y medio de trabajo no se fuese capaz de firmar un texto, no implicaría en la práctica consecuencia alguna para los fracasados: de una forma o de otra, seguirían gobernando.
Y es que sobre todo ello sobrevuela la que es, en realidad, la gran estafa que justifica todas las demás, y que con más voluntad que acierto denunciaron los intelectuales con Albert Boadella, Arcadi Espada y Francesc de Carreras a la cabeza: el absoluto distanciamiento entre la realidad y la política catalanas, el inmenso déficit democrático de la sociedad catalana, mucho más enferma de lo que pensamos. Un ejemplo palpable: ERC pacta con CiU (la oposición) unas enmiendas que su socio mayoritario de gobierno considera inaceptables. En cualquier país normal esto llevaría a una inmediata crisis de gobierno. Aquí no. Todo es posible en Cataluña, el país en que los políticos llevan 25 años estafando a la ciudadanía, y la ciudadanía lleva 25 años invitando a los políticos a que la estafen.
Esta mañana te he visto en el entierro. La televisión no te ha cogido primeros planos; unas imágenes de ataudes mezcladas con tu primer plano hubieran transmitido demasiada sugerencia.... Por eso te han enfocado "en el montón", rodeado de ministros y otra gente, por aquello de disolver tu responsabilidad en el anonimato del grupo.
Pero te he visto, otra vez con esa pose de espaldas que parecen las de un cancerbero preparado para detener un penalty. O las de un cheriff antes de sacar el revolver... ¿Qué le pasa a tus espaldas? ¿Te echas demasiadas cosas?
Viéndote así, tan raro, he pensado que a cada paso tropiezas. Eres víctima de mil desdichas, de infinitas penalidades, hijas de tu inconfesable deseo y, al propio tiempo, de tu falta de conocimiento de los hombres y de las cosas.
Si te equicocas por inocencia o malicia, nunca queda bien aclarado; pero es lo cierto que no ves las cosas como son en sí, que la realidad se te escapa, la revancha te ciega y, a cada paso, caminando por el sendero del idealismo de salón, das de cabeza contra las piedras de la vida real.
Al parecer el fatídico viento que causó en Guadalajara el incendio asesino, después de hacer ¡paf!, se dió una vuelta por el mundo; cruzó paralelos, rizó trópicos, se meció por entre los meridianos y, cuan mujer voluble y caprichosa, se deslizó corriendo a Afganistan, en carrerilla; allí, tras voltear en torno al turbante del talibán, acosó furioso al helicóptero español.
Cuentan que pudo tratarse del mismo viento que creó el brazo de mar que romió el Prestige, pero... al parecer era otro viento, distinto, con otro talante. El del Prestige era un viento creado por la furia de Aznar, crispado por la derechona.
Al parecer estos vientos que despeinan a Rodríguez son vientos de otro jaez. Son inevitables.
La imagen del diputado de ERC Joan Puig introduciéndose en la propiedad privada de Pedro J. Ramírez sin más equipo que un bañador y el carnet de diputado podría ser una anécdota patética, una más, de las que protagonizan día sí día también las huestes de los republicanos.
Pero nos equivocaríamos si nos quedásemos en la superficie y mirásemos abochornados a otro lado, como diciendo no le conozco, no puede ser un representante del pueblo en el Parlamento de España. El hecho es el siguiente: uno de los más activos y radicales diputados en el Congreso, perteneciente a la coalición de izquierdas que sostiene al gobierno socialista, invade, valiéndose de su carnet de parlamentario y al frente de una tropa de correligionarios, la propiedad privada del director de uno de los periódicos que más se ha caracterizado en su oposición a la línea política de esa coalición. La Guardia Civil no lo impide alegando que no se trataba de darle mayor protagonismo.
Se da la circunstancia, además, de que es un diputado de una circunscripción electoral diferente a aquella en la que se encuentra la por otra parte controvertida propiedad del periodista. Aclaración probablemente innecesaria, pero tal vez interesante para descartar que se tratase de alguna trifulca de carácter local.
A estas horas, dos días después del hecho, no me consta que ninguno de los muy activos portavoces del gobierno que han quedado de guardia en Madrid para llenar de incienso los vacíos despachos del poder, haya pronunciado declaración alguna condenando la lamentable actuación.
Una vez más, las actitudes fascistas de ERC quedan impunes. Nunca entenderé el peculiar síndrome de Estocolmo que aqueja a los políticos y periodistas españoles cuando de enfrentarse a los fascistas se trata, en aquellos casos en que estos van bajo el disfraz nacionalista. La agresión, el chantaje, la provocación y la intimidación son las armas típicas del fascismo y del comunismo, los totalitarismos por excelencia del siglo XX. Por alguna curiosa razón, parece que el término comunista no ofende, así que opto por el de fascista, ya que en cuanto a los métodos coinciden.
ERC puede reventar conferencias universitarias, puede acusar a Aznar de desear un gran atentado de ETA, puede reunirse con esa ETA no para pedirle que deje de matar, sino para indicarle dónde no debe hacerlo, puede practicar un constante filibusterismo parlamentario que ha colocado al presidente del Congreso al borde de la crisis nerviosa, puede incumplir sistemáticamente las leyes sobre símbolos oficiales o el reglamento del Congreso, puede chantajear impune y abiertamente al gobierno de España a cambio de sus votos, puede provocar constantemente a la opinión pública que no le es afín con iniciativas que no buscan más que la tan deseada respuesta visceral, puede saltar en marcha del tren del gobierno tripartito (pero sin dimitir de sus cargos) para pactar con la oposición unas enmiendas inaceptables para el propio gobierno del que forma parte, puede ya incluso asaltar de forma intimidatoria el domicilio del director de un periódico que no le es afín. Todo le está permitido a la Esquerra, el partido fascista que rige los destinos de España con un puñado de votos.
Bien, mientras eso no cambie (y algo habrá que ir pensando para que cambie), empecemos por llamar a las cosas por su nombre: señores de ERC, son Uds. unos fascistas.
Una vez más, el gobierno ejerce de oposición. Con el trágico motivo de la muerte de 17 militares en Afganistán, el gobierno y sus medios de comunicación afines recuperan su muy rentable estrategia de ejercer como oposición de la oposición.
Es muy respetable que por sentido de estado, por responsabilidad, por dignidad y por honestidad el Partido Popular no quiera hacer con este luctuoso accidente (si es que lo ha sido) lo que el PSOE hizo con el del Yak42. Pero lo que ya no es de recibo es que, encima, el PSOE aproveche la ocasión para hacer demagogia barata.
La ha hecho el presidente Rodríguez al insistir en su comunicado oficial en que se ocupará de que las identificaciones de los cadáveres se hagan de forma rápida y certera: ¿es que a alguien se le ocurre lo contrario? No, pero se trataba de recordar que una vez no se hicieron certeramente, aunque no venga a cuento. Pero funciona, con la ayuda de la prensa adicta: La Vanguardia titula hoy Zapatero ordena que las identificaciones se hagan certeramente. Faltaría más, pero de lo que se trata es de sacar a pasear de nuevo el espectro del Yak. Ha vuelto a hacer demagogia el presidente, y también López Garrido, al recordar una y otra vez que los muertos lo han sido en el transcurso de una misión aprobada por el parlamento y con el beneplácito de la ONU. ¿Están menos muertos por ello? No, pero se trataba de recordar que a Irak se fue, según ellos, sin ambos requisitos, aunque los muertos del Yak también venían de Afganistán, y por tanto tampoco venía a cuento. La ha hecho Canal Plus (vaya novedad) dedicando unos minutos a recordar, casualmente, que hace un par de años hubo un accidente de un avión militar y que el clamor popular contra el ministro Trillo aún dura. Ahora, en cambio, Bono ha hecho aterrizar su helicóptero en pleno Santiago Bernabeu para que se note, para que se note mucho su regreso a la capital suspendiendo sus vacaciones. ¿Era necesario el espectáculo? No, pero había que dar dramatismo político a lo que es el simple cumplimiento del deber: no bastaban los coches oficiales y las sirenas desde Torrejón.
No quiero decir con todo ello que el gobierno no haya respondido rápida y acertadamente a la tragedia. Probablemente lo ha hecho, quiero creer y deseo que así sea, porque desde luego que nuestros militares no merecen la grotesca situación que se vivió con el Yak y sus autopsias. Pero esta aparente eficacia queda degradada por el afán propagandístico y partidista que, incluso en esta ocasión, ha teñido todos y cada uno de sus actos. Y eso tampoco se lo merecen nuestros militares.
Llevo poco más de cinco días en Cataluña. Pero, por desgracia, las cosas estaban peor de lo que imaginaba. A continuación os mando un fragmento de mensaje que mande a unos amigos en Washington. El miércoles regreso a EEUU y solo añorare a la familia y a un pedazo de Mediterraneo. Lo demas, me da verguenza.
"Noche. Todo el mundo duerme en casa. Aprovecho para ver, con tranquilidad, una entrevista a Pasqual Maragall en TV3. Brillante ejercicio de propaganda. El de ayer no era el Maragall de la francofonia o de la corona de espinas. Por un momento era capaz de transmitir una imagen serena, institucional, como el mismo repitio varias veces para que quedara claro. Sus respuestas eran difusas, poco comprometidas, como si el no estuviea en el ajo y se limitara desde su honorable despacho a sobrevolar la realidad. Sabemos que no es asi. Pero la seduccion ante las camaras pudo tener algun efecto en quien se quisiera dejar convencer.
Sin embargo, mas o pronto o mas tarde tenia que llegar el descalabro. Y cuando fue preguntado por la opinion de sus compañeros de partido, como Alfonso Guerra, Chavez, etc respecto a las discrepancias con la reforma del Estatuto Catalan, fue ahí cuando mostro su talante. Se embarullo en usar palabras como region, nacionalidad y naciones para ir definiendo lo que el llama los pueblos de España. Para terminar diciendo que el Pais Vasco es una excepcion y que dentro de sus punto de vista, el concepto de Cataluña como Nacion, ya esta recogido de forma implicita en la Constitucion de 1978. Asi que somos una Nacion y España, una Nacion de Naciones, según nos ilumino ayer el Molt Honorable. Hablo de entusiasmo, de oportunidad historica, hablo de momento oportuno, etc. Grandes palabras. Y como nos recordo, llevamos con el debate abierto sobre la reforma del Estatut desde 1999.
Asi que el, muy satisfecho de si mismo, nos conto que las votaciones de las ponencias de ayer suponen un paso adelante y suponen que ya tenemos un nuevo Estatut en vias de nacimiento. Y que esas cosas son tranquilas y que no pasa nada. Tambien insinuo que, aunque ahora mismo no es urgente para el Estatut, pero que convendria cambiar la Constitucion Española para adaptarla a los nuevos tiempos.
Todo el debate de la politica catalana viene circulando sobre identidades, lengua, deudas historicas, deudas de Madrid hacia Cataluña, autodeterminacion y demas. Es todo un gran debate que casi todos los partidos menos el PP han estado participando mas o menos activamente en los ultimos seis años. El PP se ha incorporado al debate en los dos ultimos años. Asi que ahora ya no hay opcion. La reforma del Estatut y la enesima reflexion sobre la identidad, autodeterminacion y fiscalidad catalanas estan sobre la mesa y nadie hara nada para que esto deje de ser un tema estrella.
En mi modesta opinion se puede abrir un debate sobre algunas cuestiones. Se puede hablar de la financiacion, pero entonces tambien se debe hablar del deficit presupuestario autonomo. Se puede hablar de transferencias pero entonces tambien se debe hablar de balances de gestion de lo transferido hasta dia de hoy de la forma mas objetiva posible. Se puede hablar de la lengua pero entonces hay que asumir todas las posiciones respecto a la lengua y poner sobre la mesa los numeros reales de todo. Se puede hablar de cultura catalana pero entonces tambien tenemos que si estamos o no discriminando con esa cuestion como antes se nos discrimino a nosotros. Se puede hablar de selecciones deportivas propias pero antes deberiamos hablar de si todos los ciudadanos catalanes tienen sus necesidades sociales cubiertas y despues, por solidaridad si tambien las tienen los demas ciudadanos de los "pueblos de España". Se puede hablar. Se puede hablar de Madrid y Barcelona pero no podemos dejar a Bruseñas, Londres, Tokyo, Washington fuera de la ecuacion. Y tampoco podemos dejar fuera de esa ecuacion a Cuenca, Albacete, Malaga, Jaen, Huelva, Badajoz, Granada, Cordoba por solo decir algunos de las provincias de donde vienen grandes bolsas de poblacion catalanas. Se puede pedir mas eficacia pero tambien debemos pensar en si somos o no eficaces en nuestra dministracion. Se puede hablar de educacion pero tambien de cómo salen nuestros niños del sistema publico y de si son capaces de hablar catalan, castellano, frances e ingles correctamente (creo que 4 lenguas son posibles y es el minimo que por historia y situacion politica todo ciudadano catalan deberia manejar).
Se pueden hablar de muchas cosas. Se puede abrir el debate en muchos frentes. Pero el PSC solo juega a apuntarse la medalla, ERC habla de debates fantasmagoricos que datan de 1714 y CiU solo parece preocupada por la financiacion, como siempre. ICV (ex IU) juega a decir que si al PSC por no desaparecer de la escena Y el PP, nada y guarda la ropa en uno de sus momentos mas debiles.
No, Sr. Maragall, su representacion a lo Francois Miterrand de ayer, sus ideas de patio colegio y su falso entusiasmo no me convencieron. Quiero ver un debate sobre la mesa respecto a lo que somos y podemos hacer los ciudadanos catalanes para mejorar nuestra vida y la de los demas ciudadanos españoles y por extension la del resto de Europa y del Mundo. Pero no me interesa saber si soy una nacion, o una nacion de naciones o una bandera o no. Ese es un debate para memos. Es un debate con el corazon, con los sentimientos. No con la razon, no con el pragmatismo. Y mientras sigas asi yo me bajo de ese tren."
Releo este fragmento de mensaje. No cambio nada. Las ultimas declaraciones de Carod-Rovira me dan mas nauseas todavia. Porque nadie es capaz de romper ese teatro en el que se ha convertido la politica catalana? Que se puede hacer para sacar el debate fuera de la cuestion nostalgico-identitaria? Otra Cataluña es posible y otra forma de plantear la eficacia de gestion es posible sin tener que recurrir a la trama conspitoria del "Imperio Español"?¿Por que nadie lo dice?
Ahora resulta que podría ser que fuese el PSC quien votase en contra de la reforma del Estatut. La última bufonada sangrante de estos payasos que nos gobiernan va por el siguiente derrotero: ERC ha llegado a una especie de acuerdo con CiU para recoger expresamente en el articulado no sé qué derechos históricos como argumento para la exclusividad de ciertas competencias. El PSC se niega a que se hable de esos derechos históricos.
Así, resultaría que en esta inmensa pantomima que pagamos todos los contribuyentes el PSC, partido mayoritario en el tripartito y que ostenta la presidencia de la Generalitat, votaría en contra del proyecto de Estatut instado por su propio gobierno, porque su socio minoritario ha pactado con el principal partido de la oposición unas enmiendas a espaldas del presidente.
Aún así, nadie clamará por la evidencia de que ERC es un partido gamberro con el que no se puede llegar a ningún tipo de acuerdo porque va por libre y no respeta más ley que la del chantaje y la coacción, ni por el hecho de que toda la carísima administración catalana lleve dos años dándole vueltas a un juguete que, a última hora, no va a servir para nada.
Por cierto, ayer estuve leyendo el proyecto de estatuto. Por supuesto no hay versión castellana, y os ahorro el esfuerzo, y además es tan largo y aburrido que no pienso traducirlo. Pero es alucinante: ¡se reserva competencias en absolutamente todo! Es la independencia pura y simple, pero pagando el cornudo. O sea, España.
Cara: Farruquito no irá a la cárcel tras atropellar y matar a una persona, sin prestarle auxilio, circulando como un loco y sin permiso de conducción. Cruz: Sin embargo si circulas a un poco más de 120 Km/h, la propaganda de la DGT te equipara ya con asesinos como Charles Manson y Lee H. Oswald.
Cara: Pere Navarro, socialista de pro y actual Director General de Tráfico, presiona a los ciudadanos libres de un pais teóricamente libre para que no compren ni conduzcan automóviles de gran cilindrada. Cruz: Desde la llegada al poder del "trifascio catalano", ha cambiado el parque automovilístico de la Generalitat y organismos oficiales catalanes, sustituyendo anteriores automoviles discretos por Audis A-6 y A-8.
Casos concretos: La Sindicatura de Comptes (equivalente al Tribunal de Cuentas) de la Generalitat ha cambiado para los actuales síndicos, los antiguos Hyundai de cilindrada media por flamantes Audis. El anterior Director General del ICS (Institut Català de la Salut) disponía y compartía con sus colaboradores de mayor nivel un modesto Seat Toledo para sus desplazamientos, el nuevo Director General se apresuró a cambiarlo por un Audi de gran cilindrada. Me dejo cantidad de otros ejemplos. Y es que el lujo solo es lujo cuando sólo unos pueden disfrutarlo, vamos lo contrario a la socialización del mismo.
Otra Cruz: Carod Rovira se desplazó para la famosa reunión de Perpignan en un mega Audi 8, a toda leche por la AP 2.
Queda pues meridianamente claro que en materia de circulación y seguridad vial también existe un doble rasero.
Telecinco emitía en su telediario de mediodía, con Hilario Pino en expresión desconcertada, un documento gráfico y sonoro de los que definen a un personaje. Salón de La Moncloa, ése de los sofás en que se recibe a los invitados. Rodríguez recibía a no sé quién, y el no sé quién en cuestión se interesaba por el desastre de Guadalajara. El micro capta el susurro de Rodríguez explicando lo sucedido. Cita textual: "se adentraron en zona de riesgo, vino un golpe de viento y ¡plaf!". Tal cual.
Claro, con un personaje así cabe al principio la duda sobre si es un ingenuo, un despistado, un maleducado, un ignorante o un imbécil. Pero cuando repasas su currículum de hazañas empiezas a indignarte: empezó con el desplante a la bandera de EE.UU. Luego está esa foto soberbia que alguien envió cuando, al paso del féretro del Papa, él miraba en dirección opuesta a todos los demás. Más tarde, o antes, no sé, las cancelaciones de viajes oficiales por cansancio o porque "me gusta dormir en casa". El paseo por Singapur en el que, según cuentan, no fue capaz de entrevistarse con nadie. El famoso encuentro en la cumbre con Bush ("hola, amigo") en el que al parecer se trató de forma meteórica toda la situación política mundial. Las recepciones a Ibarreche con honores de jefe de Estado. Las mentiras a Rajoy a cuento del tal Ibarreche ("me ha prometido un pacto de Estado..."). El memorable discurso ante la Asamblea Nacional francesa (medamsemesiéslediputés...)...
Me dejo muchas, lo sé. Es que no puedo, me enferma saber que España está representada por un merluzo de este calibre.
Artículo de Almudena Negro analista habitual de Diario Siglo XXI
¡Pues no se ha lucido nuestro Presidente ni nada! Un mar de injusticia universal es la excusa que nuestro alianzador ha encontrado para tratar de justificar los terrorismos de toda la galaxia.
Con los cadáveres de Londres aún calientes, con los líderes mundiales haciendo declaraciones en el sentido de que el terrorismo no nos va a derrotar y va a ser perseguido, sale Rodríguez, el osado ya se sabe que la ignorancia es muy, muy osada- y publica en el Financial Times un artículo en el cual justifica el terrorismo por el mar de injusticia universal. ¿Cuál es el mar de injusticia universal que se abate sobre el País Vasco, señor Rodríguez?
De paso sale el líder del Nuevo Orden Mundial y afirma que la pobreza es la causa del terrorismo. Oiga, mire, que no, que pobres sí, terroristas no. Pobres sí, asesinos no. Un respeto, por favor.
A ver si ahora va a resultar que Mohammed Atta, Josu Ternera, Txeroki, Bin Laden o Al-Zarkawi son pobres. Pues no, señor Rodríguez. Son todos de clase medio alta y bien formados. Y en el caso de los islamistas muchas veces formados en universidades europeas o norteamericanas.
No se conocen casos de terroristas haitianos, siendo Haití el país más pobre de la tierra. Ni los hutus ni los tutsis son terroristas. No se conocen hutus-bomba, señor Rodríguez. ¡Cuánta demagogia y cuánta mentira para consumo de cerebros atrofiados!
¿Qué hay detrás de estas afirmaciones? Anti-americanismo y anti-capitalismo del todo a cien. Occidente sería responsable de la pobreza del mundo, en clara aplicación de la teoría marxista de la suma cero.
Porque nuestro Rodríguez es marxista. Y ya se sabe que como el marxismo sólo ha causado la cifra de 100 millones de muertos (recientemente revisada por los asesinatos del comunismo chino que hay quién estima en otros 60 millones), hay que darle una nueva oportunidad. ¡Es tan bello el ideal comunista! La intención es lo que cuenta
Los dirigentes de los países del Tercer Mundo, muchos de ellos dictadores atroces y en el caso de Africa en numerosas ocasiones marxistas por la influencia que padecieron de la antigua URSS, no son responsables de la miseria de su pueblo.
No. La responsabilidad es de los yankees. La responsabilidad es de los europeos. La responsabilidad, según Rodríguez, es nuestra. Suya y mía. Porque para que ustedes tengan casa, coche, adsl o tele de plasma tiene que haber un pobre en el Tercer Mundo. Ustedes y yo, lectores, somos los responsables del terrorismo. Ustedes y yo, estimados lectores, somos la causa del terrorismo. Somos los malos. Si nosotros somos los malos, debe poder deducirse que los terroristas del 11 de Septiembre son los buenos ¿no? Al fin y al cabo sólo se defienden del mar de injusticia que nosotros provocamos.
Las víctimas de las bombas asesinas de Londres, Nueva York, Bali, Beslán o Madrid son los responsables de sus asesinatos. No son víctimas, son culpables por vivir en democracia. Por disfrutar de libertad de mercado, esto es, del capitalismo. Por vivir en libertad.
Es exactamente el mismo mensaje que envían Al-Qaeda, Hammas o Hezbollá. Es el mensaje de ETA cuando culpabiliza a sus víctimas por sus atroces crímenes.
Debería nuestro alianzador replantearse toda su política exterior nos estamos quedando tan aislados internacionalmente que esto empieza a recordar a la dictadura franquista- y su política antiterrorista.
Y de paso explicarnos a los españoles por qué en Nueva York, Moscú, Beslán, Israel, Bali o Londres cuando los islamistas cometen atentados son atentados suicidas. Y en Madrid no había suicidas. Por mucho que la SER se empeñara en inventárselos y ponerles no sé cuántos pares de calzoncillos.
La rendición ante el terrorismo, la asunción de sus teorías, la justificación de sus crímenes, jamás será camino hacia la paz. Será el camino hacia la soledad, la destrucción y la muerte. Es un suicidio. Y un crimen.
El Trasvase Tajo-Segura es la obra hidráulica de mayor importancia realizada en España hasta la fecha. Sin él la vida sería muy distinta en Murcia, Alicante y Almería, ya que sus aguas son imprescindibles para el abastecimiento de las poblaciones y el mantenimiento de sus regadíos.
Gracias al trasvase, los ciudadanos de estas tierras disponemos de agua para beber y atender nuestra demanda doméstica e industrial. Más de dos terceras partes del agua que consumimos en abastecimiento, procede del río Tajo.
Gracias a él regamos cerca de ciento cincuenta mil hectáreas, con unos regadíos modernos y eficaces que son ejemplo a nivel nacional e internacional, obteniendo cultivos económicamente rentables, y que gozan de gran competitividad en los mercados.
Gracias a él producimos, exportando a todo el mundo productos de la mejor calidad, y creamos riqueza de la que se benefician todos los españoles. Gracias a las aguas del Tajo nos desarrollamos, creamos empleo y son el motor fundamental para todos los sectores productivos.
En definitiva, no podríamos vivir en esta tierra sin las aguas del Trasvase Tajo-Segura, y por ello no podemos comprender cómo, desde regiones hermanas, hay quien pretende privarnos injustamente de esos recursos, los cuales no son propiedad de nadie en concreto sino de todos los españoles.
Nos encontramos en un Estado de Derecho, donde las leyes nos amparan en nuestras justas reivindicaciones del agua del Tajo, pero la realidad nos demuestra tristemente que en la mayoría de los casos, la aplicación de aquellas se encuentra condicionada por presiones y factores ajenos, cuando en realidad la competencia sobre estas aguas, tal y como establece la Constitución, es exclusiva del Estado.
Pedimos que el trasvase no sea nunca más usado por nadie como bandera política ni como arma de confrontación entre comunidades que son vecinas y hermanas.
El agua debe servir como elemento de unión y nunca como arma de división. Agua solidaria que debe distribuirse con arreglo a las leyes. No queremos guerras por el agua, pero tampoco podemos admitir que se nos quiera privar de unos recursos a los que esta tierra tiene derecho y que son vitales para su presente y futuro.
-Somos muy conscientes de la actual situación de sequía existente y de la necesidad de ser cautelosos en el uso del agua. Somos los primeros interesados en que ello sea así. Pero también reclamamos que se nos debe atender en nuestras justas peticiones de agua, cuando existen recursos excedentarios suficientes para ello, y cuando además constan acreditados los gravísimos perjuicios que ya se están ocasionando a nuestros regadíos, y con ellos a toda la economía del Sureste español.
-Ante esta alarmante situación, todas las fuerzas sociales de Murcia, Alicante y Almería, representadas en la gran cantidad de entidades convocantes y adheridas a esta manifestación, exigimos al Gobierno de la Nación lo siguiente:
1.- El Trasvase Tajo-Segura es y debe seguir siendo intocable, ya que en otro caso estará en peligro el futuro de Murcia, Alicante y Almería.
2.- Rechazamos la decisión de trasvase adoptada por el Consejo de Ministros por su falta de sensibilidad ante las necesidades reales de nuestras zonas regables. Pedimos en consecuencia la urgente realización de un nuevo trasvase que garantice la supervivencia de nuestros cultivos.
3.- Solicitamos la adopción de medidas extraordinarias para la captación de nuevos recursos con objeto de dar solución al problema provocado por la sequía.
4.- Exigimos que, a la mayor urgencia, se adopten las medidas necesarias para lograr una solución definitiva al déficit de las cuencas mediterráneas, y en especial al déficit estructural de 450 hectómetros cúbicos anuales que padece la cuenca del Segura, garantizando siempre el respeto al medio ambiente.
5.- Exigimos también que las desaladoras previstas para el abastecimiento y los regadíos de nuestro ámbito territorial se ejecuten por vía de urgencia, y a ser posible antes de finalizar el año 2006.
6.- Pedimos que en la distribución de las aguas del trasvase se respete la proporción legalmente establecida entre abastecimientos y regadíos, a efectos de evitar la colisión de intereses entre los mismos.
7.- Requerimos que se adopten las medidas económicas necesarias para paliar las pérdidas agrícolas motivadas por la sequía, tanto en el regadío como en el secano, así como para asegurar la estabilidad y el empleo de los trabajadores afectados en todos los sectores productivos asociados con la agricultura.
Todo lo cual se comunica a usted por las entidades abajo firmantes, interesando proceda a su oportuno traslado al Gobierno de la Nación.