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FORO LIBER@L

otras opiniones

LA HEROINA

Joaquim Roglan dedica, en un suplemento de La Vanguardia que no consigo encontrar en internet para reproducirlo, un gran artículo a la diputada del PSC que se vio atrapada por el huracán Katrina en Nueva Orleáns

Resulta que la señora en cuestión, al parecer, desoyó las instrucciones de la administración americana para evacuar la ciudad, acabó viéndose atrapada y finalmente tuvo que ser trasladada al ya famoso estadio o polideportivo que acogió miles de refugiados. Ni corta ni perezosa, la servidora del pueblo hizo valer su condición de diputada española para que la embajada se movilizase y finalmente la parlamentaria y su familia fuesen rescatados por la Guardia Nacional de entre los miles de damnificados.

Desde entonces, la hasta ahora ignota diputada catalana se ha aficionado al protagonismo mediático y a las cámaras y tertulias, y no se cansa de hacer declaraciones con una única constante: la crítica inmisericorde a la administración americana, y por supuesto a Bus. Incluso su marido, sin duda de la misma ganadería progresista, llegó a decir que lo que habían visto era un auténtico ¡genocidio! Adornado todo ello, claro está, con sesudos cálculos sobre lo que podrían haberse elevado los diques de Nueva Orleáns... ¡si no se hubiese invadido Irak!

Toda esta aversión a la administración y el ejército estadounidenses no le ha impedido, como hemos dicho, recurrir a todas sus influencias para zafarse, ella y solo ella, de la dramática situación de los miles de refugiados.

Ejemplar comportamiento el de la diputada catalana. Socialista, por más señas.

Y por cierto... la gran catástrofe con que se relamía la prensa progresista, de 10.000 muertos bajo las aguas, ha quedado finalmente en unos modestos 800. Dramático, sin duda, pero al final tal vez resulte que las cosas tampoco se hicieron tan mal, dadas las circunstancias de la naturaleza desatada.





Germont

POR SI LAS MOSCAS

Entre los economistas nacidos en el Estado español, su nombre ha sido el más citado en las revistas especializadas internacionales durante la última década. Xavier Sala i Martin es una de las máximas autoridades mundiales en cuestiones de desarrollo y crecimiento económico. Su obra Economic Growth, escrita conjuntamente con Robert J. Barro, es el libro de texto sobre el tema más utilizado en el mundo. Su enfoque es muy empírico y abordando los efectos de la tecnología, la difusión tecnológica y la convergencia entre economías. Es lo que suele llamarse "un neoliberal" aunque él preferiría llamarse a sí mismo simplemente "neoclásico". Hoy os presentamos un articulo suyo

Al despertarse Alicia, su hermana estaba sentada allí, con los ojos cerrados, y casi creyó encontrarse ella también en el País de las Maravillas. Pero sabía que le bastaba volver a abrir los ojos para encontrarse de golpe en la decepcionante realidad: la hierba sería sólo agitada por el viento, y el chapoteo del estanque se debería al
temblor de las cañas; el tintineo de las tazas de té se transformaría en el resonar de unos cencerros, y la penetrante voz de la Reina en los gritos de un pastor, mientras el lejano balar de los rebaños sustituiría los sollozos de la Falsa Tortuga.

Me vino a la cabeza éste, el último párrafo de Alicia en el País de las Maravillas (Lewis Carroll, 1864) el otro día cuando intentaba describirle a un extranjero cómo funciona en España eso del Estado del Bienestar, institución por excelencia que figura que demuestra la "superioridad" del modelo social europeo. Primero le describí la financiación: de cada 100 euros de salario, le dije, 28,3 euros van a ir directamente al estado en concepto de cotización de seguridad social (23,6 los pone la empresa y 4,7 el trabajador). El resto, lamentablemente, no se los va a poder gastar íntegramente porque va a tener que pagar impuestos sobre la renta –IRPF- en una proporción que va a depender de su situación económica y familiar, pero que típicamente va a estar entre el 20 y el 25%. De los 100 euros que la empresa pagará originalmente, pues, a usted le van a quedar 53,8 euros para gastar. El problema es que, cuando usted vaya a la tienda, le van a cobrar un 16% adicional en concepto de IVA –el tipo del IVA va a depender del producto exacto pero que va a estar alrededor del 16%. Ya
sólo le van quedar 45,2 euros netos. Pero la cosa no acaba aquí porque entonces vendrán los impuestos municipales, las tasas de limpieza, agua y electricidad, los impuestos especiales sobre alcohol, tabaco,
gasolina u otros productos especiales, impuestos que pueden llegar a representar un soberano abuso fiscal. Y si tiene la osadía de comprarse una casa, va a pagar más impuestos –de transmisiones patrimoniales- y, cuando se muera usted, sus herederos van a volver a pagar –donaciones y sucesiones. Total, que de los 100 euros que cobró
originalmente, a usted le va a quedar, más o menos, una tercera parte.

¿Y a cambio? ¿Qué obtendrá usted a cambio? Pues muchas cosas. Por una parte, el estado le proporcionará una serie de infraestructuras… como la Nacional II –una carretera para ir a comerciar con nuestros clientes europeos, famosa por sus quilométricos atascos y por el par de semáforos que tienen en cada pueblo que tiene la mala suerte
cruzarse en su camino- o como el aeropuerto de El Prat –que parece diseñado expresamente por Exin Castillos con el objetivo expreso de que el mundo civilizado se pueda cachondear de nosotros. Además, el estado le va a proporcionar unos hospitales públicos adosados a unas larguísimas listas de espera y cuyos médicos van a estar tan mal pagados que casi todos van a intentar ganar un salario decente en consultas privadas por la tarde –después de quejarse, eso sí, de que por la mañana les obligan a visitar a sus pacientes públicos en menos
de siete minutos por barba.

El Estado también le proporcionará un sistema educativo extraordinario donde las escuelas se van a parecer más a centros lúdicos para aparcar a los niños que a instituciones educativas donde se forma a los ciudadanos del futuro. Los chavales que lleguen a la universidad –esa institución mediocre que penaliza a los profesores que intentan hacer las cosas bien y dedican su tiempo a investigar- van a tener problemas para leer, escribir y expresarse correctamente pero no importa porque van a ser muy felices ya que allí los bares son más grandes que las bibliotecas.

¡Ah! Y no nos olvidemos de las pensiones. Después de estar cotizando a la seguridad social toda su vida, el Estado va darle a usted una pensión más o menos razonable… pero cuando tenga la mala suerte de morirse, su dinero va a desaparecer y su cónyuge va a recibir una pensión miserable que lo situará por debajo del umbral de la pobreza.

Y para administrar todo esto, se va a crear una enorme burocracia plagada de funcionarios que los partidos políticos van a utilizar clientelísticamente para colocar a amigos y familiares, cuya labor primordial parece que va a ser la de entorpecer la libre iniciativa de los ciudadanos y limitar la competitividad de las empresas. De hecho, los burócratas van a hacer tan bien su labor que, en uno de los ránkings que el Banco Mundial hace para evaluar la ineficiencia burocrática de los países, España se situará en el lugar 133, ¡por debajo de la Isla de Tonga!

Lo que nos devuelve a la genial historia de Lewis Carroll: la teoría del bienestar en el estado socialdemócrata de las maravillas es extraordinariamente atractiva. Pero incluso Alicia acaba despertándose de su sueño fantástico y descubriendo que una cosa es la teoría y otra, la decepcionante realidad. Y la realidad es que el estado nos cose a impuestos que limitan severamente nuestra libertad de elegir y nos tortura con su excesiva regulación y burocracia y que todos los ciudadanos que pueden intentan ser miembros de mutuas privadas, llevan
a sus hijos a escuelas no públicas (y los que se lo pueden pagar u obtienen una beca de La Caixa, a universidades americanas), viajan por autopistas de peaje y ponen su dinero en planes de pensiones privados … por si las moscas.

LAS CUCARACHAS

En las grandes ciudades, con la llegada del calor aparecen las cucarachas. No es cuestión de higiene, es que con las altas temperaturas brotan por cualquier resquicio e invaden portales, cocinas y hasta las aceras. Las hay negras y las hay rojizas, grandes y pequeñas, nacionales y de importación.

Pues parece que en la política nacional sucede lo mismo. Las cucarachas asoman cuando por efecto del calor la sociedad parece adormecida, y su presencia puede pasar más desapercibida. Estos días tenemos cucarachas en el País Vasco, donde los separatistas del PNV ya no ocultan en absoluto sus intenciones. Qué tontería: no las han ocultado nunca, más bien es que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Por cierto, ¿por qué nos empeñamos en calificar al PNV como "nacionalismo moderado"? Si es moderado el nacionalismo que directamente pide la independencia, ¿cuál será el radical? Otra tontería: es la vieja corrupción del lenguaje. Los radicales son los que matan. Radicales. Qué elegante, qué aséptico.

Tenemos cucarachas, íntimas de las anteriores, en Madrid, donde se reúnen "en secreto" para negociar vete a saber qué. Y digo yo, ¿a qué tanto secreto, qué es lo que negocian que no podamos conocer el común de los mortales? El despotismo ilustrado, pero sin ilustrar, cabalga de nuevo: los ciudadanos no sabríamos apreciar los motivos del diálogo que ha de acabar llevando a los terroristas a la calle, al País Vasco a la independencia virtual, pero pagando España, y el PSOE a una eterna mayoría parlamentaria.

Tenemos cucarachas en el oasis catalán, donde el partido de los que incluso se disfrazan con el color de esos insectos está apuñalando a diestro y siniestro a propios y extraños, a amigos y enemigos, a aliados y contrarios. ¿Por qué? Porque ellos solo tienen una lealtad: "Catalunya". La suprema coartada de los traidores, de los que únicamente son fieles a sí mismos: alegar una lealtad a un ente abstracto que jamás va a reprochársela ni discutírsela.

Lo grave del caso es que, al contrario de lo que haríamos en nuestra vida cotidiana, que es fumigar o pisar a las cucarachas, parece que la sociedad española se está acostumbrando a convivir con su presencia asquerosa, a dejarlas pulular no ya por los portales y cocinas, sino por los salones principales, y a proclamar su dominio del territorio sin que nadie se atreva a expulsarlas.


AJA MIEMBRO DE FORO LIBER@L

NAUFRAGIO EN LA MANCHA

- Un armador ruso. Un dominguero madrileño.

- Un buque sin el mínimo mantenimiento. Una barbacoa sin la mínima vigilancia.

- Un naufragio. Un incendio.

- Una catástrofe ecológica marina. Una catástrofe ecológica forestal.

- Ninguna pérdida humana. Once muertos.

- Un gobierno del PP en la Comunidad. Un gobierno del PSOE en la Comunidad.

- Un gobierno del PP en Madrid. Un gobierno del PSOE en Madrid.

- La prensa carga contra el gobierno autonómico y el nacional: falta de reacción porque estaban todos cazando. La prensa pasa de puntillas sobre el hecho de que la Comunidad no pidió ayuda al Estado hasta 28 horas después de iniciarse el fuego.

- Se crea una plataforma "ciudadana" bajo el nombre Nunca Mais para desgastar a los gobiernos populares. Se llora a los muertos.

- Se envían voluntarios y medios de todo el país para cubrir un frente marítimo de centenares de kilómetros. Se rechaza la ayuda de la vecina Comunidad de Madrid, gobernada por el partido rival, para apagar el fuego.

- El partido de la oposición se lanza a capitalizar las lágrimas para desgastar a la derecha. La derecha pide respetuosamente explicaciones por la aparente ineficacia en combatir un incendio iniciado en un solo y muy concreto foco.

Conclusión: Hay dos categorías de catástrofes ecológicas, con independencia de su magnitud y del coste de vidas humanas que reporten: las que ocurren en gobiernos de la derecha y las que no. Las primeras causan alarma social y sarpullido en los actores y ecologistas y progresistas de tronío, mientras que las segundas pasan desapercibidas y responden a causas inevitables.

Posdata: El famoso plan de prevención de incendios que se publicó a todo bombo a mediados de junio, y que garantizaba la coordinación entre las autonomías y ayuntamientos era otro blufff mediático del gobierno...y ¿què?!

DIALOGO DE CIVILIZACIONES

Articulo de Carlos Esteban, publicado en el Semanario ALBA

Anoche tuve un sueño. Dialogaban un inmigrante musulmán y un europeo.
- Creo que hay un solo Dios y Mahoma es su profeta. ¿En qué crees tú?
- Creer, creer... Yo no hablaría de "creer", es una palabra muy fuerte.
Digamos que estoy por la tolerancia. Vamos, que me parece prfecto que
creas eso que dices...
- ¿Y en qué crees tú, para que vea si puedo tolerarlo?
- Ya estamos otra vez con esa palabra... Soy un firme partidario de la diversidad, sí.
- ¿Diversidad de creencias? Bueno, veamos en qué eres diverso de mí, dime qué te parece bueno y qué encuentras malo...
- La libertad. Desde luego, estoy por la libertad.
- ¿En general? Pero querrás hacer algo con la libertad, necesitarás conceptos de bien y mal para practicar esa libertad...
- El bien y el mal son subjetivos, no absolutos; lo que hoy puede parecer malo... ¿Adonde vas?
- Me has dicho ya todo lo que quería saber. Habláis de alianza de civilizaciones, pero no puede haber alianza, ni diálogo, entre un credo y una mera duda, entre una fé y un vacío, entre una afirmación y una interrogación. Decís que despreciamos la muerte porque un puñado de los nuestros se inspiran en nuestra fé para morir y matar. Pero
vosotros despreciáis la vida. Los más radicales entre los nuestros justifican matar a los infieles, pero vosotros matáis a vuestros propios hijos en el seno de su madre y ahora estáis maquinando leyes para matar también a vuestros padres.
Consideráis pueril mi fé, pero vosotros os mantenéis en una perpetua adolescencia que os lleva por la vida como plumas a merced del viento.
No tenéis hijos; ¿cómo podéis pensar que sois el futuro? Os creéis casi omnipotentes porque tenéis tecnología, riqueza, sofisticados sistemas. Pero todo eso son juguetes que podemos heredar. Estáis vacíos, estáis huecos.

No quiero perder el tiempo hablando con un cadáver.

FIRMEZA Y COBARDIA

FIRMEZA Y COBARDIA Pedro Shwartz Girón es catedrático del Departamento de Análisis Económico de la Facultad de CC. Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid, y profesor visitante del Campus de Madrid de St. Louis University, Missouri. También es presidente del Consejo de Administración de MTS España S.A., así como miembro del Comité Asesor de DMR Consulting España y presidente de la Fundación DMR Consulting. Escribe regularmente en La Vanguardia de Barcelona y en el diario Expansión. Participa en la Tertulia “Primer café” de Antena III TV. También escribe en el diario ABC de Madrid y en el Financial Times y habla con frecuencia del escenario financiero y corporativo español para la BBC.

La reacción del Gobierno británico, de su oposición parlamentaria e incluso de la opinión pública de aquel gran país, tras el ataque terrorista del siete de julio, contrasta vivamente con el desconcierto que se apoderó de España en los días después de la matanza del once de marzo hace año y medio. Mientras los londinenses han cerrado filas frente al salvaje atentado, los madrileños ya comenzaron a dividirse durante la multitudinaria manifestade Atocha: eran chocantes los carteles que, llamando asesino a Aznar, pretendían atribuirle la responsabilidad de la matanza por haber apoyado la invasión de Iraq. Luego menudearon los ataques a las sedes del PP y las acusaciones de que el Gobierno popular había mentido deliberadamente en la atribución de la masacre. Por fin, vino la derrota electoral, la constitución de un nuevo Gobierno y la retirada inmediata de las tropas españolas de Iraq. Blair, por el contrario, cuenta con el apoyo de la opinión pública británica y no corre peligro de una derrota en la Cámara de los Comunes. Cambiado el tono de triunfo olímpico por el de dolor contenido ante la masacre, Blair ha confirmado su determinación de no ceder en nada a los terroristas, al tiempo que ha acompañado su firmeza destacando el buen trabajo realizado en la reunión del G-8 en favor de África y del control de la contaminación atmosférica. Sigue vivo en Gran Bretaña el espíritu de Dunkerke. En España, mejor dicho, en la izquierda española y nacionalista, cunde un entreguismo al estilo de Vichy ante los nazis.

En un artículo publicado el 7 de julio en el Financial Times, el presidente del Gobierno de España, Rodríguez Zapatero, se ha distanciado de la postura de pleno apoyo de los líderes del grupo de naciones reunido en Escocia con motivo de la conferencia del G-8. Los españoles no debemos dejar que las ideas y propuestas del presidente de nuestro Gobierno expuestas en ese periódico de alto prestigio y difusión mundial pasen sin someterlas a un cuidadoso examen.

El artículo comienza con una frase involuntariamente reveladora de la actitud del presidente: "la barbarie del terrorismo ha golpeado otra vez al pueblo de Europa". Como aún no hay tal pueblo de Europa, esa expresión es en realidad una forma de distanciarse del sufrimiento de otros pueblos que forman parte de nuestra civilización, especialmente el pueblo de EE.UU. golpeado en Nueva York y Washington, o Australia que tantos ciudadanos perdió en Bali. Incluso deja implícitamente de lado los golpes que está recibiendo la incipiente democracia iraquí a manos de terroristas internacionales. Zapatero no entiende que todo ello forma parte del intento descabellado de un puñado de fanáticos de islamizar el mundo tras destruir cualquier vestigio de cultura occidental, de liberalismo político y de religión que no sea su fanática versión de la fe musulmana. Al ligar el terrorismo islámico con la injusticia global o con conf lictos en Oriente Medio, el presidente olvida que el fanatismo islámico no es sino una reacción frente a la incapacidad de algunos pueblos de costumbres musulmanas para insertarse en la democracia y economía mundiales.

La doctrina fundamental del presidente Zapatero en ese artículo es la que defendió recientemente ante la Asamblea General de las Naciones Unidas: la alianza de las civilizaciones. Es una postura en apariencia generosa pero que, en realidad, parte de la premisa de que todas las civilizaciones valen por igual. Por civilización occidental no ha de entenderse the American way of life, ni el modelo social de la Unión Europea, ni el sincretismo disciplinado de Japón. Nuestra civilización es ampliamente inclusiva cuando se la interpreta en sus principios fundamentales de respeto de los derechos humanos, democracia política, y libertad económica, principios que hemos conquistado en Occidente a lo largo de siglos y mal que bien difundido luego en el resto del mundo. En este caso, todas las civilizaciones no son equivalentes. Decir otra cosa es caer en un humanismo iluso que no entiende cuánto esfuerzo exige la defensa de nuestras libertades y nuestra prosperidad, y la inclusión del mundo entero en ese espacio de democracia.

Si pasamos de los principios a la práctica, podemos ver cuáles son los graves fallos de la doctrina Zapatero. Su propuesta, aparentemente inocua, es que organicemos la lucha contra el terrorismo sobre la base de "un consenso global", sobre todo a través de las Naciones Unidas. Es una verdad de Perogrullo que el terrorismo islámico, y el etarra, no son fenómenos locales. El combate contra ellos exige acuerdos y colaboración internacionales. Pero el esfuerzo principal ha de ser el de cada país y en ese esfuerzo está fallando el Gobierno de Zapatero como no falló el de Aznar. Parece difícil olvidar la disposición del presidente del Gobierno a conceder a los terroristas islámicos lo que pretendían, a saber, la retirada de las fuerzas de paz españolas de Iraq. Tampoco es fácil pasar por alto su condescendencia hacia los terroristas vascos: ha roto el Pacto contra el Terrorismo y por la Libertad con el PP; ha permitido que un partido pro-etarra entregue el poder al PNV en el Parlamento vasco; ha forzado el voto del Congreso de los Diputados recomendando negociaciones con ETA; y ha iniciado esas conversaciones sin que hayan renunciado ni a la violencia ni a los fines que persiguen con ella. No es éste un caso de hipocresía, sino de aplicación en la práctica de ideas equivocadas y peligrosas.

ODIOSAS COMPARACIONES

ODIOSAS COMPARACIONES Isabel Durán Doussinague en este interesante artículo publicado en Libertad Digital analiza el papel de la mujer en el gobierno de ZP

La primera mujer que ocupa la presidencia de una comunidad autónoma es del Partido Popular. ¡Vaya por Dios! Las primeras presidentas de las Cortes Generales, del Congreso y del Senado, pertenecían al PP. ¡Qué contrariedad! El partido de la calle Génova tiene muchas más diputadas y senadoras proporcionalmente que la formación del puño y de la rosa. ¡Qué despropósito! La primera presidenta de una cámara autonómica pertenece a la formación presidida por Mariano Rajoy. ¡Qué dislate! La mayoría “conservadora” eligió a la primera magistrada del Tribunal Supremo a la que un vocal “progresista” calificó de “florero”. ¡Qué contrariedad!

Pero por fin, por vez primera, poseemos el honor de gozar del “primer feminista del país” al frente de la presidencia del Gobierno de España gracias a lo cual tenemos más “calidad democrática”. Fueron palabras de la secretaria de igualdad del PSOE y sólo él se está ocupando, por fin, de poner a la mujer en donde le corresponde. ¡Albricias!

Una debe mirar a su alrededor y pensar, que para eso le pagan. Hay que averiguar cómo resuelven sus problemas las demás y entonces aplicarse el cuento. Me refiero, naturalmente, a nuestras ministras. ¿Dónde guardará tan ingente cantidad de modelos en su solución habitacional la vicepresidenta primera del Gobierno de la Nación, ese paradigma de objetividad y tolerancia que parece que si alzas la mano en las ruedas de prensa monclovitas de los viernes va a mandar a que te detengan antes de volatilizarse en su nave espacial? ¿Y qué decir de los Manolos de la señora ministra doña Pixi Dixi y su artístico y sofisticado vestuario presto para desmantelar el patrimonio nacional a golpe de tacón?

Eso sí, de lo que cabe duda alguna es de que espacio no le falta a la pobre titular de la Vivienda, tan sencilla ella. ¿Y ese dechado de humildad y sencillez de la representante de los agricultores, pescadores y ganaderos de cuyo nombre no puedo acordarme que refracta resentimiento y complejo a primera vista a la vista de la campaña gallega? O de la ministra de las plagas y de la insolidaridad acuosa, que deja morir de sed a media España por capricho de la otra media y cuyo escorzo da tan requetebién entre mantas de pieles. Incluso de la responsable de Sanidad que acaba con los problemas de los fumadores a multazo limpio.

La tropa de las Vogue monclovitas se ha constituido en una factoría de espectáculos francamente bochornosos para la mujer en el primer año de gobierno paritario de la historia. Pero lo que no se puede pasar por alto y excede todos los límites de lo razonable es lo dicho por la ministra de Fomento, la Gran Maleni. Acusar a un diputado de que se empieza por la sarcástica crítica política a su gestión y que se acaba en la violencia y el maltrato a la mujer resulta del todo punto intolerable.

Señoras del Gabinete Zetapé, esto es muy serio, demasiado. Ustedes tendrán Manolos y Pixidixis, helicópteros para las picaduras de avispa o bula entre la izquierda rabiosa y silentemente sectaria ahora, pero más de setenta mujeres han muerto este año a manos de sus parejas y ni una sola de ustedes ha dicho esta boca es mía a su correligionaria del Consejo de Ministros. Ustedes, todas, callaron cuando Maragall afirmó sentirse como una mujer maltratada. Ustedes, en bloque, son un despropósito para la mujer de hoy, trabajadora, luchadora, madre de familia o soltera, con hijos o sin ellos. Esta es la desgraciada realidad. ¿Y esta es la paridad que su Gobierno pretende establecer por ley?

ALIANZA DE CIVILIZACIONES

ALIANZA DE CIVILIZACIONES Almudena Negro, en su columna habitual POLITICAMENTE INCORRECTO publicada en el diario digital SIGLO XXI, escribe una interesante reflexión sobre la popular Alianza de Civilizaciones.



Llevamos meses oyendo hablar acerca de este nuevo invento del talante, pero nadie nos explica en qué consiste. ¿Es la rendición sin condiciones ante los terroristas, tanto islámicos como del nacionalismo vasco? ¿Supone la alianza de civilizaciones tener que aceptar, en nombre de la hipócrita multiculturalidad las ablaciones de clítoris? ¿Alianza con quién y frente a quién? Porque las alianzas siempre se hacen frente a alguien.


Parte el concepto de una premisa falsa: la de considerar que la causa de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, en la escuela de Beslán, el 11 de marzo en Madrid, en Kenia o en Bali es un choque de civilizaciones.

Esto es, la civilización occidental – tan denostada por todos los socialistas de todos los partidos, arrepentidos y avergonzados de su propio éxito, nihilistas de bien- frente a la islámica. Los ricos frente a los pobres. Mentalidad marxista. Burguesía frente a proletariado. La eterna batalla entre liberales y liberticidas.

Naturalmente la culpa reside en las democracias liberales, que han presuntamente humillado y oprimido a los pobres del mundo (siempre imputan a los pobres el terrorismo; siempre imputan a los que triunfan la maldita “suma cero” marxista por la cual para que haya un rico tiene que haber un pobre; falacias enormes). En realidad quienes esto propugnan son los Moore, Chomsky, Zapatero que tanto detestan a la civilización occidental. Que piden perdón por vivir en democracia y en libertad y que odian al que destaca. Y nos venden el apaño de la multiculturalidad, que es un “renuncie usted a su código moral y acepte el todo vale”.

En realidad lo que hay es un choque de tiempos y una rebelión de los fundamentalistas frente al nihilismo tan propiciado por los “progres”. Si a todo eso le sumamos el antiamericanismo, que en realidad es anticapitalismo, reinante, tenemos el cóctel que permite sostener ideológicamente a los terroristas.

Deberían ser los nihilistas y los progres los primeros que entonaran el “mea culpa”, si es que puede achacarse a alguien la responsabilidad que sólo corresponde a quienes asesinan. Es contra ellos la rebelión. Contra su equidistancia moral. Contra su pérdida de rumbo. Y contra la democracia. Democracia que las clases dirigentes, caciquiles y tribales islámicas no quieren. Porque sería su fin.

Nadie debe pedir perdón por su éxito. Tampoco los ciudadanos por disfrutar de un altísimo nivel de vida. Nadie debe avergonzarse de ganar dinero, de “hacer dinero”. Es lo más digno que hay. El esfuerzo, el ahorro, la inversión, el sistema de cooperación social basado en el libre intercambio de bienes entre personas de forma voluntaria, es positivo. Los empresarios no son capitalistas salvajes que explotan a los trabajadores. Son personas que arriesgan sus bienes y que crean empleo. Son los grandes benefactores de la sociedad. A ver si se enteran de una vez.

“La rebelión de Atlas” de Ayn Rand debería ser de obligada lectura en lo que era el antiguo bachillerato. ¡Viva la libertad individual! ¡Viva el esfuerzo! Menos majaderías como “Educación para la ciudadanía” (Espíritu nacional) y menos demagogia, señores. Menos educar a los jóvenes en el fracaso, en el complejo y en la resignación. Porque además en un mundo globalizado, con los jóvenes educados en que la bondad reside en la mediocridad, España y Europa están condenadas al fracaso más absoluto.

Falso y miserable es imputar a la pobreza el legítimo derecho a empuñar las armas y asesinar a inocentes en defensa de los intereses de a saber qué manada o colectividad. O sea, el tan repetido argumento de que “son terroristas porque son pobres”. ¡Cuántas veces no hemos leído esto a periodistas o presuntos intelectuales con respecto al terrorismo palestino!

La solución de Bush es la expresada recientemente por Condoleeza Rice en un artículo publicado en El Mundo: extender la democracia a todo el mundo. A más democracia, a mayor libertad, mejor calidad de vida de las personas.

Pero eso es justo lo que temen los socialistas. Porque sería su fin. Si la democracia liberal se extendiera a todos los países, si el libre mercado se ampliara, las clases medias surgirían como hongos en numerosos países y ellos, los socialistas, se quedarían sin excusa y sin argumentos. Si en Irak triunfa la democracia frente al terrorismo ¿qué nos podrá contar ese que ordenó un domingo retirar las tropas españolas y dejar a los iraquíes a su suerte frente a los terroristas que colocan coches-bomba? ¿Qué legitimidad tendrá aquél que pidió a todos los países que siguieran su ejemplo? ¿Qué rebuznarán aquellos que hablan de insurgencia para referirse a los que ponen bombas al paso de autobuses escolares?

Cuando la democracia triunfe en Irak, y esto es irreversible e inexorable -mera cuestión de tiempo- se extenderá probablemente al resto de países de su entorno. ¿Qué aullarán entonces aquellos que se manifestaron contra las elecciones en Irak?

Pues harán lo de siempre: como el socialismo ha fracasado, como el Estado del bienestar se ha demostrado del malestar, más, más y más. ¡Viva la alianza de civilizaciones!

"EL CONTRASTADOR CONTRASTADO"

El Sr. Rodriguez, nos ha obsequiado hoy en el Senado, con un verbo insólito y es que refiriéndose a las condiciones para iniciar el diálogo con ETA ha dicho que si "contrasta" que ETA tiene voluntad de dejar las armas no dudará en dialogar con los asesinos.

Curiosa la utilización del verbo "contrastar" referido a este supuesto. Contrastar es un verbo lleno de subjetivismo. Pero aplicado a "voluntad" aún adquiere mayor nivel de imprecisión. Así formulado: "contrastar voluntades", resulta cuanto menos desconcertante, pero es que además "contrastar la voluntad de una banda de asesinos" ya resulta para echarse a temblar.

¿A qué contraste se refiere el sr. Rodríguez al del rojo de la sangre sobre el gris del asfalto? ¿Ó al contraste entre el silencio de los cementerios y el ruido de las bombas? ¿Ó a algún otro en el que ahora no atino?

Pero es que además el sr. Rodríguez se erige en "el contrastador", y mire Vd., por ahí si que no podemos pasar, ¿cómo vamos a dejar que algo tan subjetivo como "contrastar voluntades" quede en manos de alguien que miente día si y otro también? Sin ir más lejos, de alguien que ha quedado hoy mismo en evidencia cuando los Tedax contradicen la versión que dio en la comisión del 11-M sobre el coche bomba de ETA en Santander, por citar la más reciente mentira en que ha sido pillado y que hubiera debido significar la apertura de una investigación independiente.

Empleando, con la misma tranquilidad que el Sr. Rodríguez, dicho verbo: queda contrastado que es el peor Presidente de Gobierno desde la transición, que ha roto la unidad de los demócratas frente al terrorismo, que sigue una estúpida política exterior, que es un mediocre disfrazado de arrogante y que desagraciadamente y como resumen estamos contrastando cada día como su política nos lleva al caos. Aunque en este párrafo más que contrastar se debería haber empleado otro verbo más contundente tal vez comprobar, verificar, confirmar.

Tome nota Sr. Rodríguez, lo único que debe "contrastar" es uno de estos dos supuestos: Rendición o derrota, algo que no solo decimos aquí, sino que es un clamor en muchos sectores de su propio partido. Grábeselo bien: Rendición o Derrota. Nada más.

NOS FALTA UN ARQUITECTO

NOS FALTA UN ARQUITECTO Escribe Tomás Cuesta para la Razón.

En Cataluña, el «compromiso » intelectual ha sido, hasta tiempos bien recientes, un complemento del ático en Pedralbes y la masía ampurdanesa.

Conscientes de que papá se había puesto las botas durante la ominosa dictadura a fuerza de no sacar los pies del tiesto, los hijos de papá quisieron matar al padre y matar el gusanillo al mismo tiempo aplicándose una pomada leninista en las escoceduras de la mala conciencia. «El señoritu se ha hecho comunista », decía, con un punto de aprensión, la «minyona » gallega. «No se preocupe, Engracia, está en la edad, ya sentará cabeza », le respondía, «amb molt de seny », la señora, acomodándose las perlas, cual Mariona Rebull, camino de Liceo. Después pasó que a algunos - como fue el caso del pobre niño rico Jaime Gil de Biedma- no les dejaron ingresar en el Partido no por burgueses sino por mariconcetes. Otros se patearon la herencia familiar, fundaron la «gauche divine » y, como entonces no existían oenegés, instituyeron la orden de «Bocaccio » para la redención de obreros. Hasta que se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó parar. Sólo que en vez de Fidel era Pujol el que implantó el toque de queda en los cerebros: «Silencio en la noche, ya todo está en calma. El músculo duerme y la ambición descansa ». Ni tan siquiera un tango: una canción de cuna capaz de amodorrar al más despierto. Un cuarto de siglo de nacionalismo a troche y moche, de camelancias «Up & Down », de comeduras de coco a derechas y a «esquerras », ha convertido a Cataluña en un erial en el que no crecen más flores que las de invernadero. Por eso, el sonoro «¡Basta ya! » que un grupo de escritores catalanes - con el cómico más serio que ha dado este país, Albert Boadella, a la cabeza- no sólo resulta pertinente sino que le ha sentado al tripartito como una patada ahí donde más duele. «Tu també, fill meu? », podría haber exclamado Maragall, en el papel de César «casolá », al asomarse al filo del ya famoso manifiesto. «Lejos de nosotros la funesta manía de pensar », le dijeron a Fernando VII en la Universidad de Cervera y, hoy por hoy, en la abulia del oasis catalán, el pensar te hace reo de penas severísimas y suscita coacciones muy diversas. No te pegan un tiro, eso es verdad, pero te ningunean. Y los que anteayer mismo se atrevieron - bien por desesperación, bien por decencia- a dar un paso al frente, saben muy bien lo que les espera. Serán tildados de submarinos del PP, de compañeros de viaje del Imperio, de tontos útiles y, al cabo, de fascistas a los que habría que despenar en las cunetas. Tanto da que se proclamen izquierdistas, liberales, mediopensionistas o internos. En este país, como se sabe, el progresismo se impone por decreto. El tiempo establecerá cuál es la hondura y la extensión del movimiento. Si es un camino que conduce a alguna parte o es un gesto al estilo de Pavese. La prueba del algodón, en cualquier caso, será saber si un arquitecto tiene bemoles para sumarse al pataleo. Con uno solo que hiciera de hombre justo sería suficiente. Entonces, Maragall, estás jodido: el tripartito se queda sin cimientos.

PECES BARBA ¿INCOMPATIBLE?

PECES BARBA ¿INCOMPATIBLE? "PECES BARBA PODRÍA HABER INCURRIDO EN INFRACCIÓN GRAVE DE LA LEY DE INCOMPATIBILIDADES (Minuto Digital)

El Alto Comisionado de las victimas del terrorismo, Peces Barba podría estar violando la Ley 12/1995, de 11 de mayo, de Incompatibilidades de los miembros del Gobierno de la Nación y de los Altos Cargos de la Administración General del Estado.

El cargo que desempeña Peces Barba tendría la categoría de Secretario de Estado, comprendido en el ámbito del art. 1. 2 a) de la mencionada Ley, o en todo caso en el apartado h) del precepto "Asimismo, los titulares de cualquier otro puesto de trabajo de la Administración General del Estado, cualquiera que sea su denominación, cuyo nombramiento se efectúe por decisión del Consejo de Ministros".

Según el art 2 de la Ley "Los altos cargos comprendidos en el ámbito de aplicación de esta Ley ejercerán sus funciones con dedicación absoluta y no podrán compatibilizar su actividad con el desempeño, por sí, o mediante sustitución o apoderamiento, de cualquier otro puesto, cargo, representación, profesión o actividad, sean de carácter público o privado, por cuenta propia o ajena, y, asimismo, tampoco podrán percibir cualquier otra remuneración con cargo a los presupuestos de las Administraciones Públicas o entidades vinculadas o dependientes de las mismas, ni cualquier otra percepción que directa o indirectamente provenga de una actividad privada".

Si no nos equivocamos Peces barba sigue ocupando, y cobrando, como rector de la Universidad Carlos III, actividad privada que no se contempla como compatible por el art. 4 del texto legal: "El ejercicio de un puesto de alto cargo será compatible con las siguientes actividades privadas, siempre que con su ejercicio no se comprometa la imparcialidad o independencia del alto cargo en el ejercicio de su función: a) Las de mera administración del patrimonio personal o familiar. b) Las actividades de producción y creación literaria, artística, científica o técnica y las publicaciones derivadas de aquéllas, así como la colaboración y la asistencia ocasional como ponente a congresos, seminarios, jornadas de trabajo, conferencias o cursos de carácter profesional, siempre que no sean consecuencia de una relación de empleo o de prestación de servicios o supongan un menoscabo del estricto cumplimiento de sus deberes. c) La participación en entidades culturales o benéficas que no tengan ánimo de lucro y siempre que no perciban ningún tipo de retribución o percepción por dicha participación.

Según el art. 11 de la mencionada Ley de incompatibilidades "Se consideran infracciones graves: a) El incumplimiento de las normas de incompatibilidad a que se refiere el artículo 2. Las sanciones previstas para este tipo de infracciones son según el art 12 de la Ley 12/95: "1. Las infracciones muy graves y graves serán sancionadas con la declaración y publicación del incumplimiento de la Ley y la publicación de esta declaración en el «Boletín Oficial del Estado». 3. Con independencia de las sanciones que les sean impuestas, los infractores deberán, en su caso, restituir las cantidades percibidas indebidamente, de la forma que se establezca reglamentariamente. 4. Lo dispuesto en la presente Ley se entiende sin perjuicio de la exigencia de las demás responsabilidades a que hubiere lugar. A estos efectos, cuando aparezcan indicios de otras responsabilidades, se ordenará a la Dirección General del Servicio Jurídico del Estado el ejercicio de las acciones que correspondan.

Igualmente el Artículo 13. prevé como consecuencia de la infracción la imposibilidad de ocupar altos cargos. "1. Quienes hubieran sido objeto de declaración y publicación del incumplimiento de esta Ley no podrán ser nombrados para ocupar cargos, de los relacionados en el artículo 1, por un período de entre tres y diez años, si el incumplimiento fuese calificado como infracción muy grave, o, de hasta tres años, si lo fuese como infracción grave".

PECES BARBA ¿INCOMPATIBLE?

PECES BARBA ¿INCOMPATIBLE? "PECES BARBA PODRÍA HABER INCURRIDO EN INFRACCIÓN GRAVE DE LA LEY DE INCOMPATIBILIDADES (Minuto Digital)

El Alto Comisionado de las victimas del terrorismo, Peces Barba podría estar violando la Ley 12/1995, de 11 de mayo, de Incompatibilidades de los miembros del Gobierno de la Nación y de los Altos Cargos de la Administración General del Estado.

El cargo que desempeña Peces Barba tendría la categoría de Secretario de Estado, comprendido en el ámbito del art. 1. 2 a) de la mencionada Ley, o en todo caso en el apartado h) del precepto "Asimismo, los titulares de cualquier otro puesto de trabajo de la Administración General del Estado, cualquiera que sea su denominación, cuyo nombramiento se efectúe por decisión del Consejo de Ministros".

Según el art 2 de la Ley "Los altos cargos comprendidos en el ámbito de aplicación de esta Ley ejercerán sus funciones con dedicación absoluta y no podrán compatibilizar su actividad con el desempeño, por sí, o mediante sustitución o apoderamiento, de cualquier otro puesto, cargo, representación, profesión o actividad, sean de carácter público o privado, por cuenta propia o ajena, y, asimismo, tampoco podrán percibir cualquier otra remuneración con cargo a los presupuestos de las Administraciones Públicas o entidades vinculadas o dependientes de las mismas, ni cualquier otra percepción que directa o indirectamente provenga de una actividad privada".

Si no nos equivocamos Peces barba sigue ocupando, y cobrando, como rector de la Universidad Carlos III, actividad privada que no se contempla como compatible por el art. 4 del texto legal: "El ejercicio de un puesto de alto cargo será compatible con las siguientes actividades privadas, siempre que con su ejercicio no se comprometa la imparcialidad o independencia del alto cargo en el ejercicio de su función: a) Las de mera administración del patrimonio personal o familiar. b) Las actividades de producción y creación literaria, artística, científica o técnica y las publicaciones derivadas de aquéllas, así como la colaboración y la asistencia ocasional como ponente a congresos, seminarios, jornadas de trabajo, conferencias o cursos de carácter profesional, siempre que no sean consecuencia de una relación de empleo o de prestación de servicios o supongan un menoscabo del estricto cumplimiento de sus deberes. c) La participación en entidades culturales o benéficas que no tengan ánimo de lucro y siempre que no perciban ningún tipo de retribución o percepción por dicha participación.

Según el art. 11 de la mencionada Ley de incompatibilidades "Se consideran infracciones graves: a) El incumplimiento de las normas de incompatibilidad a que se refiere el artículo 2. Las sanciones previstas para este tipo de infracciones son según el art 12 de la Ley 12/95: "1. Las infracciones muy graves y graves serán sancionadas con la declaración y publicación del incumplimiento de la Ley y la publicación de esta declaración en el «Boletín Oficial del Estado». 3. Con independencia de las sanciones que les sean impuestas, los infractores deberán, en su caso, restituir las cantidades percibidas indebidamente, de la forma que se establezca reglamentariamente. 4. Lo dispuesto en la presente Ley se entiende sin perjuicio de la exigencia de las demás responsabilidades a que hubiere lugar. A estos efectos, cuando aparezcan indicios de otras responsabilidades, se ordenará a la Dirección General del Servicio Jurídico del Estado el ejercicio de las acciones que correspondan.

Igualmente el Artículo 13. prevé como consecuencia de la infracción la imposibilidad de ocupar altos cargos. "1. Quienes hubieran sido objeto de declaración y publicación del incumplimiento de esta Ley no podrán ser nombrados para ocupar cargos, de los relacionados en el artículo 1, por un período de entre tres y diez años, si el incumplimiento fuese calificado como infracción muy grave, o, de hasta tres años, si lo fuese como infracción grave".

ZAPATERO, PROFETA

ZAPATERO, PROFETA Al anterior Gobierno socialista se le hundió la nao "Victoria" y le salió ardiendo la Expo, aparte de otras minucias de Filesa, cal viva, cafelitos, roldanes y cosas así. Convino entonces toda la nación en acordar que en el PSOE había un gafe.
Hoy Jaime Campmany escribe en su columna este esclarecedor artículo.




ADMIRADO me tiene el don de la profecía que entre tantas otras virtudes, naturales, sobrenaturales y surrealistas, posee nuestro muy amado presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Realmente, a la vista de un don tan claro, tan extraordinario y tan elevado sobre la generalidad de los humanos, los profetas mayores del judaísmo: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, tendrían que haberle hecho un hueco de honor entre ellos y tenerlo en medio de los cuatro, mimado y contemplado.

Es sabido que hay dos maneras distintas de usar el don sobrenatural de la profecía. Uno, el método directo, que consiste en predecir y anunciar de antemano los sucesos futuros, antes de que ocurran y con más o menos tiempo de anticipación, la adivinación de lo que vendrá mañana o dentro de algunos siglos. Otro, el sistema de la viceversa, o sea, vaticinar exactamente lo contrario de lo que sucederá, de tal modo que, conocido ya el carácter del profeta a la viceversa, se conoce la realidad de lo que traerá el porvenir dándole la vuelta al pronóstico. Para ejemplo clásico de profeta a la viceversa podría valer aquel personaje de un romance de Quevedo que decía de sí mismo: «Como a imagen de milagros me sacan por las aldeas, si quieren sol, abrigado, y desnudo, porque llueva».

Zapatero es, desde luego, un profeta de esta segunda categoría, un profeta a la viceversa. Su vida pública (en la privada ni entro ni salgo) está cuajada de ejemplos elocuentes. La revelación más espectacular de su don a la viceversa lo constituye la predicción reiterada y pública del triunfo de Kerry en las elecciones norteamericanas, que fue anunciado como seguro y felizmente inevitable. Bueno, pues Zapatero consiguió que George W. Bush obtuviera el triunfo más clamoroso de todas las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Pronosticó insistentemente Zapatero la derrota de Howard en las elecciones australianas. No se había apagado el eco de sus profecías, y ya estaba Howard recibiendo telegramas de felicitación por su reelección. Vaticinó otra derrota que consideraba descontada y fácilmente previsible: la de Tony Blair en las urnas británicas. Blair, como ustedes saben, se encuentra instalado tan ricamente en el número 10 de Downing Street. Cuando Zapatero retiró las tropas españolas de Iraq, invitó a todos los demás países que tenían soldados allí a seguir el ejemplo, y anunció que serían muchos los que le imitarían. Ni uno solo lo hizo.

Más, más. Se arrimó a la sombra ilustre y perdurable de Schröder y Chirac, cuyos triunfos en todos los frentes daba como seguros. El canciller Schröder ha fracasado en Renania y Chirac ha sido aplastado bajo un aluvión de noes en el referéndum de la Constitución europea. En España, anunció una tregua de paz con la banda etarra, que estaba ya una larga temporada sin «hacer ruido», e inmediatamente empezaron a estallar bombazos allí y aquí, en Guipúzcoa, en Bilbao, en Madrid. Además de presidir el Gobierno, que Zapatero presida el Colegio de los Augures.

MANIFESTACIONES DE FACHAS

MANIFESTACIONES DE FACHAS Juan Manuel de PradaPremio Nacional de Literatura en la modalidad de Narrativa correspondiente a 2004.

COMO todo el mundo sabe, en España se celebran dos tipos de manifestaciones: las que se convocan, auspician o promueven desde la izquierda y las manifestaciones de fachas. Para que una manifestación sea considerada de fachas ni siquiera es preciso que sea convocada, auspiciada o promovida desde la derecha; basta con que la izquierda decida no acogerla bajo su benéfica égida. Naturalmente, si usted participa en una manifestación bendecida por la izquierda se convierte ipso facto en un dechado de virtudes cívicas; si, por el contrario, se le ocurre participar en una manifestación que no cuente con su nihil obstat, engrosa automáticamente la hez social. En una manifestación bendecida por la izquierda, usted puede enarbolar banderas preconstitucionales sin rebozo, puede corear consignas energúmenas y extrañas a la convocatoria; también puede desfogarse vituperando a cualquier político conservador que se le pase por las mientes, apedrear las sedes de su partido y hasta liarse a mamporros con cualquier despistado señor de derechas que pase por allí. En cambio, en una manifestación que no haya sido bendecida por la izquierda dará exactamente igual que usted no enarbole banderas preconstitucionales, dará exactamente igual que se limite a corear consignas respetuosas y congruentes con la convocatoria, dará exactamente igual que se comporte intachablemente y que el vituperio no ensucie sus labios; incluso se arriesga a que a la mañana siguiente le envíen unos policías a casa, acusándole de alguna violencia fantasmagórica. Y es que, por el mero hecho de participar en una manifestación que no ha sido bendecida por la izquierda, usted se ha convertido en un facha irredento, nostálgico de la caverna, a quien conviene señalar con el dedo y colgar el sambenito de indeseable.

De nada servirán los llamamientos de las organizaciones que convocan la manifestación del próximo día 4 de junio: aunque sea más pacífica que la procesión del Corpus (otra manifestación de fachas, por cierto), aunque ninguno de los asistentes ostente símbolos franquistas, no variará su calificación. Será una manifestación de fachas, porque así lo ha decidido la izquierda, que es quien reparte discrecionalmente bulas y anatemas en el cotarro nacional. La izquierda ha logrado investirse de una suerte de supremacía moral casi que nadie discute (y quien se atreve a hacerlo es inmediatamente tildado de facha); o, si se prefiere, ha logrado trasladar sobre quien no se aviene a comulgar con sus postulados (ni siquiera hace falta que se trate estrictamente de un adversario político) una conciencia de pecado original, una «culpa ontológica» que nunca logrará sacudirse, por mucho que se empeñe. Este chollo ideológico de la izquierda, sustentado sobre un maniqueísmo grosero, admite expresiones rocambolescas que no soportan el análisis racional. Así, por ejemplo, para Gaspar Llamazares, el mero hecho de que Rajoy haya decidido acudir a título personal a la manifestación «evidencia que desea rentabilizarla». De nada sirve que la facción política que capitanea Rajoy haya concedido a sus militantes libertad absoluta para participar o abstenerse de hacerlo: al tratarse de una manifestación de fachas, esto es, no bendecida desde la izquierda, se presume que la derecha manipuladora la utiliza para crispar. Por supuesto, las manifestaciones promovidas en fechas recientes desde la izquierda eran muestras espontáneas de la sacrosanta voluntad popular.

Estas son las reglas del juego. Si usted las acepta, se le concederá misericordiosamente la condición de ciudadano respetable; de lo contrario, será expulsado a las tinieblas exteriores. Comulgue con ruedas de molino, hombre, y quédese en casita, mientras los fachas desfilan por las calles.

El pensamiento de zapatero sobre la política internacional, la reforma de la Constitución y su idea del diálogo y del talante

El pensamiento de zapatero sobre la política internacional, la reforma de la Constitución y su idea del diálogo y del talante Alfonso Ussia en este magnifico artículo, publicado en la Razón, interpreta finamente la profundidad de pensamiento de Zapatero

Bla bla bla, bla bla bla bla bla bla. Bla bla, bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla; bla bla bla bla bla bla bla bla. Bla bla, bla bla bla, bla bla: «bla bla bla bla bla bla, bla bla - bla bla bla bla bla- bla bla ». ¿Bla bla bla bla, bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla? Bla bla bla bla bla bla, bla bla, bla bla bla, bla bla bla; bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla. ¡Bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla! Bla bla; bla bla bla bla bla bla bla bla. Bla bla, bla bla bla, bla bla: «bla bla bla bla bla bla, bla bla - bla bla bla bla bla- bla bla ». ¡Bla bla bla bla, bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla! Bla bla bla bla bla bla, bla bla, bla bla bla, bla bla bla; bla blbla bla; bla bla bla bla bla bla bla bla. Bla bla, bla bla bla, bla bla: «bla bla bla bla bla bla, bla bla - bla bla bla bla bla- bla bla ». Bla bla bla bla, ¿bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla? Bla bla bla bla bla bla, bla bla, bla bla bla, bla bla bla; bla bla bla bla bla bla bla bla.¡Bla bla bla bla, bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla! Bla bla bla bla bla bla, bla bla, bla bla bla, bla bla bla; bla blbla bla; bla bla bla bla bla bla bla bla. Bla bla, bla bla bla, bla bla: «bla bla bla bla bla bla, bla bla - bla bla bla bla bla- bla bla ». Bla bla, bla bla, bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla, bla Bla bla bla bla bla bla, bla bla, bla bla bla, bla - bla bla; bla blbla bla; bla bla bla- bla bla bla bla bla. Bla bla, bla bla bla, bla bla: «bla bla bla bla bla bla, bla bla - bla bla bla bla bla- bla bla ». Bla bla; bla bla bla bla bla bla bla bla. Bla bla, bla bla bla, bla bla: «bla bla bla bla bla bla, bla bla - bla bla bla bla bla- bla bla ». ¡Bla bla bla bla, bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla! Bla bla bla bla bla bla, bla bla, bla bla. la - bla bla bla bla bla- bla bla ». ¡Bla bla bla bla, bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla.

¿ACUERDO O NEGOCIACIÓN?

Nicolás Redondo Terreros escribe en el ABC. Voces discordantes en el seno del Psoe.


En España siempre ha habido dos posturas anti-ETA: unos creen inevitable un acuerdo para que la banda deje de matar y otros simplemente quieren derrotarla. Los primeros piensan que existe un conflicto político en el País Vasco capaz de explicar las acciones de la banda terrorista, aunque no las compartan; los segundos consideran que no hay justificación posible para sus acciones. Los primeros no han creído nunca en la capacidad del Estado de Derecho para acabar con los terroristas, los otros piensan que sólo la aplicación de la Ley puede conseguir el final de la pesadilla. Una parte de los primeros, todos los nacionalistas, esperan sacar provecho político de una posible tregua; los otros, todos los otros, consideran que pensar en una solución política fortalece a los terroristas y los radicaliza. Unos, los primeros, creen suficiente una tregua indefinida —valga la contradicción de los términos—, el resto, sólo se conforma con la derrota de los terroristas.

La estrategia de los primeros se impuso desde los primeros años de la transición hasta el primer gobierno de José María Aznar. El recorrido tan largo de esta apuesta se debió a que el nacionalismo nos había ganado la batalla política y ejercía su capacidad de liderazgo, de iniciativa y hasta de veto en la lucha contra ETA, con la seguridad añadida de que el Estado de Derecho sería incapaz de ganar a la banda terrorista, por lo que era necesario aprovechar los momentos de su mayor debilidad para negociar; complementariamente se creyó en la imbatibilidad de la organización terrorista. No excluyo ¡cómo lo iba a hacer! las buenas intenciones, preñadas de impulsos morales, de muchos políticos españoles, pero el poder que dimos a los nacionalistas y la poca confianza en nuestras propias fuerzas explicaría por sí sola la gran perdurabilidad de una apuesta que se comprobaba errónea año tras año y asesinato tras asesinato.

Desde el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, se inició en España, y muy especialmente en el País Vasco, un movimiento que proponía la derrota de ETA, defendiendo que sólo la victoria por aplicación de la Ley podía garantizar a medio plazo una convivencia no sólo pacífica sino en libertad. Fue en aquel momento cuando empezamos a tener confianza en nosotros mismos y en el Estado de Derecho de nuestro país, a la vez que inevitablemente el nacionalismo iba perdiendo su posición de privilegio, su capacidad de iniciativa en ese aspecto. Estos tres factores condujeron al PNV a una negociación «in extremis» para evitar la derrota de ETA, de la que nació la Declaración de Estella. Nosotros, por el contrario, fuimos directamente hacia el Pacto por la Libertad.

El Acuerdo propuesto por José Luis Rodríguez Zapatero a instancias de los socialistas vascos tenía carácter nacional: se realizaba entre quien gobernaba en aquel momento y quien podía llegar a gobernar, el PSOE dirigido ya por el actual presidente del Gobierno; estaba dirigido a derrotar a ETA y aseguraba una continuidad en la apuesta estratégica contra la banda etarra gobernara quien gobernara.

Los nacionalistas, los que siéndolo no lo saben y los nostálgicos de la transición se opusieron a este Acuerdo porque ponía punto final a la posición privilegiada del PNV en su capacidad de iniciativa y veto en la lucha contra el terrorismo, porque rechazaba una solución basada en la negociación con la banda etarra y porque el Acuerdo, al ser considerado por su naturaleza y ámbito como nacional, redefinía a la baja, la influencia de los nacionalistas en la política española.

La nueva apuesta, basada en el ejercicio de nuestra responsabilidad y en la confianza en la legitimidad para utilizar con toda la contundencia posible el Estado de Derecho contra la banda terrorista, ha llevado a ETA, y parece que esto es reconocido por todo el mundo, a su peor momento. Esta situación, dramática para ETA pero feliz para nosotros, debe ser aprovechada para apuntillarles. No podemos, cuando por fin estamos a punto de ganar, dejar de pisar el acelerador y cambiar la apuesta de hace cuatro años. Quienes han vuelto a proponer la negociación, el acuerdo con la banda terrorista, parece que están ganando de una manera alarmante terreno en la política española. Se esconden ante conceptos indiscutibles a su juicio como el de la «unidad de los demócratas». ¿Unidad?, depende para qué. La unidad debe darse entre los que piensan igual, entre los que hacen la misma apuesta, es decir, entre los que creen en la derrota de los terroristas o entre los que aplauden una negociación. Porque la unidad de todos, la de los unos y la de los otros, nos llevaría a la parálisis, a la ineficacia en la lucha contra ETA y al renacimiento de sus posibilidades criminales.

El distanciamiento en los diagnósticos y las soluciones entre el PSOE y el PP fortalece a las fuerzas políticas partidarias de la negociación (PNV, ERC e IU), y presta a la banda terrorista una capacidad de influencia en la política española como pocas veces ha tenido, paradójicamente, en sus momentos de mayor debilidad. Son reveladoras en este sentido las declaraciones del siempre bienintencionado Ramón Jáuregui cuando dice que no cree «que cualquier atentado rompa la esperanza»; y como no serán suficientes las llamadas del diputado vasco a restar importancia a las futuras y posibles acciones de ETA, nos queda acogernos a la proverbial «buena suerte» del primer ministro o, para los creyentes, rezar porque no ocurra nada que ponga todo patas arriba.

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