9 DE NOVIEMBRE DE 1989
Hace 15 años que cayó el Muro, hace 15 años que los ciudadanos de Alemania Oriental lo derribaron y pusieron fin a la dictadura comunista.
Se ha habaldo mucho del papel que jugaron en ello el Papa, Reagan, tal vez Gorbachov. Se ha hablado mucho de como cambió el mundo aquel día, pero tal vez se ha hablado poco de los ciudadanos que protagonizaron aquellas jornadas.
Han pasado ya 15 años y con algunas pequeñas excepciones los paises que sufrieron la oprobiosa dictadura comunista tienen grandes dificultades para tirar adelante sin saber demasiado bien por qué. El caso más evidente es la propia Alemania, donde tras 15 años de
invertir dinero por un tubo el este no consigue seguir el ritmo del oeste, esta diferencia se percibe claramente incluso entre l que antes era el Berlin occidental y el Berlin oriental. El Muro cayó hace 15 años, pero aun hoy un muro invisible separa los dos berlines, las dos
Alemanias, las dos Europas.
Esa gran barrera, ese gran muro invisible que hoy las separa es un muro cultural, un muro construido día a día, durante 40 años de comunismo, que fueron suficientes para borrar la idea de que el trabajo y el esfuerzo individual son la base de la organización social. la incapacidad de muchos ciudadanos del Este para adaptarse viene de aquí de no saber moverse en una sociedad libre donde nadie te dice lo que debes hacer o dejar de hacer, en la que cada uno decide por si mismo y recibe en función de su esfuerzo y de su capacidad.
Esto que para nosotros es elemental para ellos resulta incomprensible.
Visto con la perspectiva de estos 15 años éste es el peor de los males que los régimenes comunistas y en menor medida la socialdemocracia causa a sus súbditos, que no ciudadanos: amputarles la iniciativa, la capacidad de soñar, de arriesgarse, de triunfar, de fracasar, de
decidir por ellos mismos en definitiva.
Harán falta generaciones para borrar esta terrible herencia cultural del comunismo, derivada de la falta de libertades en que ahogó a los pueblos en que gobernó, no dejemos pues que esta manera de hacer, de la que el socialismo se contagia facilmente, nos invada y nos contamine. Ahora más que nunca es el momento de contraponer la ideología liberal y sus resultados con la social-comunista.
Sin embargo hoy, y a pesar de todo, es el gran día aniversario y recordatorio de la derrota comunista.
Se ha habaldo mucho del papel que jugaron en ello el Papa, Reagan, tal vez Gorbachov. Se ha hablado mucho de como cambió el mundo aquel día, pero tal vez se ha hablado poco de los ciudadanos que protagonizaron aquellas jornadas.
Han pasado ya 15 años y con algunas pequeñas excepciones los paises que sufrieron la oprobiosa dictadura comunista tienen grandes dificultades para tirar adelante sin saber demasiado bien por qué. El caso más evidente es la propia Alemania, donde tras 15 años de
invertir dinero por un tubo el este no consigue seguir el ritmo del oeste, esta diferencia se percibe claramente incluso entre l que antes era el Berlin occidental y el Berlin oriental. El Muro cayó hace 15 años, pero aun hoy un muro invisible separa los dos berlines, las dos
Alemanias, las dos Europas.
Esa gran barrera, ese gran muro invisible que hoy las separa es un muro cultural, un muro construido día a día, durante 40 años de comunismo, que fueron suficientes para borrar la idea de que el trabajo y el esfuerzo individual son la base de la organización social. la incapacidad de muchos ciudadanos del Este para adaptarse viene de aquí de no saber moverse en una sociedad libre donde nadie te dice lo que debes hacer o dejar de hacer, en la que cada uno decide por si mismo y recibe en función de su esfuerzo y de su capacidad.
Esto que para nosotros es elemental para ellos resulta incomprensible.
Visto con la perspectiva de estos 15 años éste es el peor de los males que los régimenes comunistas y en menor medida la socialdemocracia causa a sus súbditos, que no ciudadanos: amputarles la iniciativa, la capacidad de soñar, de arriesgarse, de triunfar, de fracasar, de
decidir por ellos mismos en definitiva.
Harán falta generaciones para borrar esta terrible herencia cultural del comunismo, derivada de la falta de libertades en que ahogó a los pueblos en que gobernó, no dejemos pues que esta manera de hacer, de la que el socialismo se contagia facilmente, nos invada y nos contamine. Ahora más que nunca es el momento de contraponer la ideología liberal y sus resultados con la social-comunista.
Sin embargo hoy, y a pesar de todo, es el gran día aniversario y recordatorio de la derrota comunista.
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