Nacionalismo moderado
Otra de las deformaciones del lenguaje que tradicionalmente damos por buena sin el menor espíritu crítico es la que se refiere a la definición de las ideologías y las posiciones políticas. Así, por ejemplo, venimos aceptando que se califique al Partido Nacionalista Vasco o a Eusko Arkartasuna como nacionalismo moderado.
Uno no puede por menos que preguntarse cómo será el nacionalismo radical, cuando el moderado es el que reclama directamente la independencia. Y en la respuesta a esta pregunta tenemos precisamente el origen de la deformación: ETA ha sido considerada el nacionalismo radical, y por contraste los mencionados PNV y EA son los moderados.
Ahí es donde afloran todos los vicios que durante décadas han permitido la subsistencia del terror en el País Vasco: en efecto, durante lustros ETA ha sido considerada como nacionalismo radical, no como terrorismo o delincuencia en estado puro. Y esa percepción persiste aún hoy en muchas mentes, algunas de ellas periodísticas.
No hay nacionalismo moderado: el nacionalismo siempre aspira al máximo, que es la independencia, y ahí no cabe moderación alguna. La única distinción posible entre nacionalismos diversos está entre los que están dispuestos a respetar las reglas del juego y los que creen que las leyes no son sino instrumentos que utilizar en la persecución de su objetivo final.
Uno no puede por menos que preguntarse cómo será el nacionalismo radical, cuando el moderado es el que reclama directamente la independencia. Y en la respuesta a esta pregunta tenemos precisamente el origen de la deformación: ETA ha sido considerada el nacionalismo radical, y por contraste los mencionados PNV y EA son los moderados.
Ahí es donde afloran todos los vicios que durante décadas han permitido la subsistencia del terror en el País Vasco: en efecto, durante lustros ETA ha sido considerada como nacionalismo radical, no como terrorismo o delincuencia en estado puro. Y esa percepción persiste aún hoy en muchas mentes, algunas de ellas periodísticas.
No hay nacionalismo moderado: el nacionalismo siempre aspira al máximo, que es la independencia, y ahí no cabe moderación alguna. La única distinción posible entre nacionalismos diversos está entre los que están dispuestos a respetar las reglas del juego y los que creen que las leyes no son sino instrumentos que utilizar en la persecución de su objetivo final.
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