SALIR DEL ARMARIO
He decidido salir del armario. Sí, imagino vuestras expresiones sorprendidas. Las he visto también en personas de mi entorno con las que me he sincerado. El proceso es casi siempre el mismo: primero, sorpresa que intentan no se trasluzca en la expresión de su rostro. Luego, curiosidad cortés, la propia de quien quiere demostrar interés pero sin dar lugar en ningún caso a que su interlocutor piense que comparte la tendencia. A continuación, una vez confirmado que han entendido bien mi manifestación, en algunos casos se produce un cierto distanciamiento, una desaprobación que, si bien no se manifiesta con palabras, sí lo hace mediante la expresión corporal.
Y si existe confianza, empieza un intercambio de opiniones que generalmente demuestra que esa persona, pese a conocer sin duda a otras que han hecho la misma opción, no se había encontrado con ninguna que se lo dijese así, frontalmente, y que estuviese deseoso de explicarle sus motivos. "Pues no lo había imaginado de ti", "y ¿te mueves en esos ambientes?", "yo no podría...", "¿lo saben en tu entorno habitual, qué opinan?", "¿desde cuándo has llegado a esa convicción?", "bueno, cada uno es muy libre...", etc. Y tal vez son imaginaciones mías, pero empiezas a tener la sensación de que, a pesar del talante imperante y de la tolerancia casi obligatoria, te observan como a un espécimen extraño, de un modo distinto a como te miraban unos minutos antes.
Intentas proponer temas de conversación directamente relacionados con la cuestión y enseguida percibes si te hallas ante una persona absolutamente cerrada y cargada de prejuicios, o ante alguien que, si bien no se ha planteado esa opción vital, tiene una cierta curiosidad por oír tus argumentos, pese a estar seguro de que en ningún caso harán mella en sus firmes convicciones, que cree arraigadas poco menos que en sus genes.
Se inicia entonces un fascinante juego de seducción en el que dispones de la ventaja del factor sorpresa. Es excitante ir derribando las barreras del otro y ver cómo poco a poco comienza a dudar de la solidez de sus principios, aunque desde luego sin admitirlo. Realmente, te das cuenta de que ellos mismos perciben la escasísima fundamentación de sus prejuicios, tras los que han vivido tan cómodos y seguros durante años, sin plantearse ni remotamente otra opción.
Se acerca el final de la velada y tú sabes positivamente que esa noche no pasará la cosa de ahí. Que no vas a conseguir nada, ni de hecho lo pretendes. Pero sabes que has sembrado y que habrá otros encuentros y otras ocasiones. Llega por fin el momento de la despedida y sonríes para tus adentros esperando la frase estereotipada: "Bueno, oye, que no pasa nada. Me parece muy bien que seas de derechas, de verdad. No vamos a dejar de ser amigos por eso, ¿no? Es curioso, pero me imaginaba a los fachas de otra manera... No sé, más intransigentes, intolerantes,...".
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Y si existe confianza, empieza un intercambio de opiniones que generalmente demuestra que esa persona, pese a conocer sin duda a otras que han hecho la misma opción, no se había encontrado con ninguna que se lo dijese así, frontalmente, y que estuviese deseoso de explicarle sus motivos. "Pues no lo había imaginado de ti", "y ¿te mueves en esos ambientes?", "yo no podría...", "¿lo saben en tu entorno habitual, qué opinan?", "¿desde cuándo has llegado a esa convicción?", "bueno, cada uno es muy libre...", etc. Y tal vez son imaginaciones mías, pero empiezas a tener la sensación de que, a pesar del talante imperante y de la tolerancia casi obligatoria, te observan como a un espécimen extraño, de un modo distinto a como te miraban unos minutos antes.
Intentas proponer temas de conversación directamente relacionados con la cuestión y enseguida percibes si te hallas ante una persona absolutamente cerrada y cargada de prejuicios, o ante alguien que, si bien no se ha planteado esa opción vital, tiene una cierta curiosidad por oír tus argumentos, pese a estar seguro de que en ningún caso harán mella en sus firmes convicciones, que cree arraigadas poco menos que en sus genes.
Se inicia entonces un fascinante juego de seducción en el que dispones de la ventaja del factor sorpresa. Es excitante ir derribando las barreras del otro y ver cómo poco a poco comienza a dudar de la solidez de sus principios, aunque desde luego sin admitirlo. Realmente, te das cuenta de que ellos mismos perciben la escasísima fundamentación de sus prejuicios, tras los que han vivido tan cómodos y seguros durante años, sin plantearse ni remotamente otra opción.
Se acerca el final de la velada y tú sabes positivamente que esa noche no pasará la cosa de ahí. Que no vas a conseguir nada, ni de hecho lo pretendes. Pero sabes que has sembrado y que habrá otros encuentros y otras ocasiones. Llega por fin el momento de la despedida y sonríes para tus adentros esperando la frase estereotipada: "Bueno, oye, que no pasa nada. Me parece muy bien que seas de derechas, de verdad. No vamos a dejar de ser amigos por eso, ¿no? Es curioso, pero me imaginaba a los fachas de otra manera... No sé, más intransigentes, intolerantes,...".
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27 comentarios
Claudia -
Claudia -
wycisto, janos -
Foro Liber@l -
Es mucho más agradable el entorno.
Un saludo.
Germont -
Germont -
http://www.libertaddigital.com:83/php3/opi_desa.php3?fecha_edi_on=2005-04-24&num_edi_on=1453&cpn=24563&tipo=3&seccion=POR_D
En especial, el final del primer párrafo y el segundo.
Y sobre el chiste, pues sí, es la ventaja de estas bromitas, que puedes aplicarlas a la derecha, a la izquierda, a los abogados, a los joyeros, a los de Vigo, ...
ac -
Para los que estamos en contra, el matrimonio es una institución creada para salvaguardar a lo que siempre fue la familia tipo: pareja hombre-mujer abierta a la descendencia. En realidad, lo que se protege fundamentalmente con esta institución, es la descendencia, se protege la procreación, la perpetuación de la especie. Si se utiliza esta institución para amparar otro tipo de uniones, se esta desvirtuando la propia razón de ser del matrimonio, se está devaluando su esencia, su motivo. se está creando un mutante sin posibilidades de persistencia en el tiempo. Se convertirá en otra cosa irremediablemente. Y acabará muriendo.
A los que estamos a favor del matrimonio como la vía para oficializar y dar una magnitud de implicación ciudadana a nuestra unión de pareja, formar una familia y buscar la garantía de protección social y legal a nuestra misión potencial de procrear, nos parece que esto es una falta de respeto a nuestros derechos y un incumplimiento, por parte del estado, del acuerdo al que llegamos los matrimonios y el estado al contraer matrimonio.
Los homosexuales tienen derechos ¡como no! pero, de ninguna manera, pueden ser los mismos en el tema de uniones civiles, puesto que tanto la esencia como las funciones y consecuencias de sus uniones son radicalmente distintas que las heterosexuales.
ac -
La tolerancia que, naturalmente, es una gran virtud, es un concepto que, de un tiempo a esta parte, está perdiendo su verdadero sentido, desfigurándose, de tal suerte, que ha pasado a confundirse con la transigencia de los principios y la anuencia de cualquier cosa, sin ningún sentido crítico. Hoy en día, se tacha de intolerante a alguien que tuviera la osadía de expresar una opinión contraria sobre algo que ya estuviera generalmente aceptado. O dicho más castizamente, ahora, cuando uno no traga se le tilda de intolerante
Claudia -
Puedo entender que un no fumador pelee por un aire sin humo, porque el derecho a fumar de otro atenta contra su derecho a respirar un aire limpio, pero ¿qué más me da que mi vecino del 5º sea pareja de hecho con su amigo o que hayan pasado por el juzgado y tengan los mismos derechos que cualquier otra pareja? ¿Se trata de una cuestión moral?
Claudia -
Tal como ya expresé en mi anterior comentario, sé que estas opiniones no son compartidas por todos los simpatizantes del PP, pero sin duda hace daño a su imagen, de por si conservadora.
Personalmente me trae sin cuidado que los hijos de los demás vayan a clases de religión en horas lectivas o que se pongan velo, mientras a mí no me lo impongan. No estoy a favor de la discriminación positiva ni con el sexo ni con las razas. No deja de ser otra forma de imposición. Y también me trae sin cuidado que la gente se case y con quién, mientras no me obliguen a hacerlo.
No pretendo que todo el mundo esté a favor de lo que yo pienso y no tildaré a nadie de intolerante, casposo reaccionario o belicista asesino por no compartir mis opiniones.
Claudia -
Por cierto, sustituye izquierdismo por derechismo y verás como también funciona.
Germont -
Germont -
ac -
Es una práctica muy común entre la nueva progresía, esa nueva forma de manipulación que pretende hacer creer al personal que, o admites todas las reivindicaciones de un colectivo o estás en contra: si no estas a favor de la discriminación positiva para las mujeres, eres machista; si quieres que tus hijos vayan a clase de religión en el colegio en horas lectivas, eres un casposo reaccionario; si estás en contra de la retirada de las tropas españolas de Irak, eres un belicista asesino.
La cuestión es usar la descalificación en lugar del razonamiento, apelar a la tolerancia para hacernos comulgar con ruedas de molino, usando la intolerancia cuando hacemos uso de nuestro legítimo derecho a discrepar, en nuestro legítimo derecho a opinar sobre la estructura y organización de la sociedad en la que nosotros también vivimos.... ¿Quiénes son los radicales?
Claudia -
No era una crítica. Me ha parecido una provocación divertida.
Pero cambiando de tercio, parece que estos días este artículo podría volver a estar de actualidad, no ya por su defensa de la libertad de expresión, sino por el otro tema al que se alude en el título del mismo: el mundo gay.
La postura del PP, o quizá mejor dicho, la de algunos integrantes de dicho partido ante el colectivo gay, no parece precisamente muy tolerante.
No toméis mis palabras como una confrotación, nada más lejos de mi intención. Simplemente quisiera constatar que "en todas partes cuecen habas" y que por desgracia, la intolerancia nos hace mucho daño a todos, derechas, izquierdas, varios... y en mi modesta opinión, los radicalismos como estos son los que hacen que muchas personas sensatas, inteligentes y tolerantes, se impongan como cuestión de principios NO votar PP bajo ningún concepto, por coherente que pueda parecer en otros aspectos como el económico, incluso a pesar de que sus simpatías políticas puedan estar francamente alejadas de las alternativas de izquierdas existentes.
Por cierto, una pregunta que estos días me rondaba la cabeza: ¿Se puede ser gay y ser del PP?
germont -
germont -
claudia -
Por cierto, es un texto muy literario. Está bien escrito y consigue despistar hasta el final.
Menchani -
Los neoconservadores: ¿qué son y quién les define?; y ¿qué es ser de derechas? O ¿qué es ser liberal humanista?
Por eso califico de excelente el artículo; ironiza precisamente sobre el hecho de no ser de izquierdas. Tiene mérito, ingenio y osadía.
Deberían publicarse artículos con ese talento con talante todos los días sobre la misma cuestión; y verse y oírse en los audiovisuales.
¡¡¡A ver si en este país cada quien se pueda manifestar sin complejos ni heroicidades!!!... sin pensar que te pueden incluir en una lista negra en el mundo cultural dominante como de hecho ya le pasa a la citada Lydia Bosch.
Dokaton, si usted es lo que dice estará de acuerdo conmigo ¿no? ; Pero le recomiendo que si no quiere que le califiquen de derechas, se defina usted como 'liberal humanista progresista; entonces ese peligroso marchamo de derechas lo habrá obviado.
Menchani -
De los llamados sólo se prestaron al reportaje: Enrique Rojas (el psiquiatra neoyorquino), Juan Manuel de Prada, Miguel de la Quadra-Salcedo (que es más bien un sincrético gnóstico de origen católico), y la citada Ivonne Reyes la cual aclara su disconformidad con la postura sobre el sexo de la Iglesia.
¡Triste resultado en un país en LIBERTAD! (...)
Menchani -
Dándole un sobresaliente a la eficacia de la propaganda y publicidad de la izquierda, nos han abocado a esta situación.
Ayer, día 27, el Magazine de El Mundo exhibía en su portada a Ivonne Reyes; sobre su imagen una leyenda destacada: Católicos sin vergüenza y, en letra pequeña, Es más difícil encontrar un famoso que se declare practicante que un rico en el reino de los cielos (cita de Marcos 10, 25). (...)
spanien11m -
También creo que sería bueno recobrar la idea de "bien común" y dejarnos de que si Psoe que si PP. A mí ambos plín, sinceramente, al menos en el sentido de discutir acerca de los "entretenimientos" que nos sirven a diario a través de los medios de comunicación para no pensar en lo que realmente debería importarnos y que justifica que quien esté en la Moncloa y en el Parlamento viva a nuestra costa: que vele por nuestra seguridad física, que a fin de ctas. es tal vez lo único que justifica que les estemos pagando su sueldo. El Psoe no debería ser un partido terrorista y el PP debería de empezar a defender a los españoles y menos su poltrona y de paso dejar de justificarse en el victimismo (que por cierto lo del 11M viene de los Gal, a lo que el PP dió carpetazo).
Menos dar las gracias por nada y más exigir. Ya está bien.
germont -
Pasionaria -
Quiero atún y mucho pan -
Menchani -
Dotakon -
Te lo pregunto porque seguramente si eres de los primeros no te verás representado por ningún partido en España.
Yo estoy influenciado por el liberalismo humanista de la ilustración y por la revolución americana pero siempre desde un punto humanista, es decir, en entender siemrpe que la legitimidad del Estado está en el respeto a las libertades negativas de los individuos, pero siempre privilegiando libertades civiles, libertades de conciencia individual, etc. No me considero de derechas y no me siento representado por ningún partido en realidad. 6_@