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FORO LIBER@L

EL GOBIERNO DE LO IRREVERSIBLE

Puede parecer que el gobierno de Rodríguez legisla con la urgencia de quien sabe que estará poco tiempo en el poder. Pero no es así. Por una parte, se guía por el principio antiguo de que las decisiones polémicas se adoptan al inicio de una legislatura, cuando la oposición aún está desorientada (y más en este caso, en que el paso de la mayoría absoluta a la oposición se ha producido sin solución de continuidad), y cuando falta mucho tiempo para que los electores tengan que volver a pronunciarse en las urnas.

Y por otra parte está actuando con la plena conciencia de que está transformando de manera irreversible la sociedad española. Sí, irreversible, porque resulta impensable que un gobierno de otro color, dentro de cuatro u ocho años, dé marcha atrás en algunas cuestiones. Por ejemplo, la de los homosexuales, sus "matrimonios" y adopciones. Y es irreversible aunque solo sea por cuestiones de seguridad jurídica: ¿en qué situación quedarían los "matrimonios" ya contraídos de esta manera si la ley, a partir de un determinado momento, dejase de contemplarlos? Lo mismo con las adopciones: ¿qué hacemos con los niños adoptados por parejas homosexuales si algún día derogamos la ley que permitió sus adopciones?

Decididamente, nos enfrentamos a la más profunda transformación de la sociedad española que se recuerde, mucho más que aquella que pronosticó Alfonso Guerra al vaticinar que a España no la conoceríani la madre que la parió. España es hoy un laboratorio social, una especie de reino del absurdo en el que todo es posible. Con la circunstancia agravante de que ningún científico sensato controla ese laboratorio, en el que todos los aprendices de brujo andan sueltos y en el que se están borrando de un plumazo (o de un decretazo) todas las normas de nuestra civilización, de nuestra moral. Desde insignes memeces como la del alcalde de Barcelona decretando que está permitido ir desnudo por la ciudad, hasta cargas de profundidad tan tremendas como la adopción por homosexuales, pasando por la que se nos prepara, campaña mediática por medio, con la eutanasia y el aborto. ¿Algún poder puede oponerse a estos designios? ¿La iglesia católica, tal vez? Pues le cerramos el grifo de la financiación, eso sí, bajo el manto progresista de igualar a todas las creencias e intentamos expulsarla del sistema educativo.

Muy podrida debía estar la sociedad española cuando ha cedido en apenas seis meses a los embates de un partido dirigido por un personaje como Rodríguez Zapatero.

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