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FORO LIBER@L

GREGORIO ORDÓNEZ

GREGORIO ORDÓNEZ Se conmemoran los diez años del asesinato de Gregorio Ordóñez. Con él, la ETA inició un nuevo camino en su estrategia, encaminado a exterminar físicamente a quienes desde los partidos democráticos se oponían a sus designios. Doble resultado, dos por el precio de uno: se mata al líder y se aterroriza a sus seguidores. La conmoción fue general, pero el proceso siguió, y a medida que los cabezas de lista fueron más y mejor protegidos, la diana se fue posando en humildes concejales, señalados a menudo, sin duda, por sus "compañeros" de consistorio.

El PNV se llenó la boca de palabras de solidaridad y de apoyo a sus colegas asesinados, pero nada cambió. Nunca en estos años ha muerto un solo político nacionalista. Nunca un nacionalista ha precisado escolta. El lendakari, como bien recuerda hoy Pedro J. en su carta
dominical, ha visto desfilar los féretros de varios de sus más directos rivales políticos.

Pero nada altera el paso firme de los nacionalistas hacia su objetivo común. No hay más que mirar atrás para darse cuenta de lo claro que ha estado todo siempre. Ibarreche no tiene el menor empacho en actuar conjuntamente con la banda que ha eliminado físicamente a sus
principales oponentes. Con los representantes de quienes han conseguido que en muchas zonas del País Vasco ni siquiera existan ya candidaturas no nacionalistas. El árbol y las nueces.

¿Ha servido de algo el sacrificio de Gregorio Ordóñez y de tantos otros? Ha servido tan solo para hacer más llamativo y sangrante el contraste entre la dignidad y la infamia, pero para nada más. Estuvo a punto de ser útil el sacrificio de Miguel Angel Blanco, cuando la
gente se echó a la calle con la intención, sanísima en mi opinión, de linchar a unos cuantos batasunos, por todos conocidos. Aquella noche cundió el pánico en las filas nacionalistas, porque la apuesta de ETA había sido demasiado alta. Pero la tibieza o la desesperación de
muchos y el cinismo y la miseria moral de otros muchos hicieron que, una vez más, el PNV pudiese acudir en auxilio de su brazo armado y evitar su debacle.

Nunca el PNV abandonará a ETA, ni nunca ETA abandonará al PNV. Son las dos caras de la misma moneda, y a cada uno le resulta útil la labor del otro, porque va encaminada al mismo fin. Y todo ello con la aquiescencia del pueblo vasco, de esa mayoría nacionalista privilegiada y fascista que, en el mejor estilo de la Alemania nazi, mira a otro lado cuando al tendero de la esquina le pegan tres tiros. Total, ellos ya no compraban en esa tienda. No era de un
nacionalista. No era de uno de los suyos. También son ganas... Con lo bien que se vive en Euskadi, complicarse la vida metiéndose en política. Nosotros no nos metemos en política, nosotros votamos al PNV...

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